- ¿Canadá y la Alaska española?
- Primeras exploraciones en el Pacífico Norte
- Españoles en el paralelo 54 Norte
- Un bilbaíno en Vancouver: La expedición de Heceta
- La Alaska española y el limeño Juan Francisco De la Bodega y Quadra.
- Un navegante de Nueva España descubre las islas Aleutianas.
- Diferencias entre España y Reino Unido en el Pacífico
- Expedición de Malaspina y Alcalá Galiano.
- Mis conclusiones.
- Seguro que te interesa
- Artículos imprescindibles
- Preguntas frecuentes sobre la Alaska española
¿Canadá y la Alaska española?
La historia de España está plagada de curiosidades desconocidas para la mayor parte de la población y la Alaska española es una de ellas. De todos es conocida la gesta de nivel mundial de la circunnavegación del globo por parte de Juan Sebastián Elcano, o la conquista del Imperio Azteca por parte de Hernán Cortés y un puñado de españoles apoyados por varias ciudades-estado del actual México.
Sin embargo, hay multitud de nombres de personajes hispanos que, si bien no realizaron hazañas equiparables a las anteriormente descritas, son importantes por los avances en el conocimiento de nuestro planeta, sus gentes, y su biodiversidad.
Debido a la proliferación del COVID-19 en nuestro país y a que el Ministerio de Defensa bautizó la operación militar en nuestro país para combatirla con el nombre de “Operación Balmis”, hemos podido conocer a Francisco Javier Balmis y Berenguer (1753-1819).
Este médico militar español realiza una expedición entre los años 1803 y 1806 para llevar la vacuna de la viruela a todos los rincones del Imperio Español. Ésta es considerada históricamente como la primera expedición internacional sanitaria. Este ejemplo de un hispano que realiza una labor encomiable y de una importancia extraordinaria. Aunque por desgracia desconocida para la mayor parte de la población, siendo un claro ejemplo de la necesidad de rescatar del inmerecido olvido a otros que, como él, contribuyeron a engrandecer a nuestro país.
Primeras exploraciones en el Pacífico Norte
La gran época de la exploración en el continente americano comienza, obviamente, tras la llegada de los europeos a sus costas. Españoles y portugueses se dedican, en los primeros años, a explorar las islas del Mar Caribe y el continente los hispanos, y las costas y el interior del actual Brasil los lusos.
La exploración del Océano Pacífico da comienzo en 1513, cuando Vasco Núñez de Balboa se introduce hasta la cintura en el que llamó Mar del Sur y, clavando en él la bandera de Castilla, toma posesión para la Corona de España del mismo y de las tierras que bañan sus aguas.
Posteriormente, Hernán Cortés desde las costas de Nueva España, financia exploraciones al norte de este territorio, entre ellas la que lleva al descubrimiento del Mar de Cortés (hoy llamado Golfo de California), y las tierras de los estados del sur de los actuales Estados Unidos de América como Texas, Nuevo México o California, entre otros.
España intensifica la exploración del Pacífico Norte
Sin embargo la exploración de las costas más al norte se demora para España hasta el siglo XVIII, reinando ya la dinastía borbónica en nuestro país. No se hace antes por tener el esfuerzo de la exploración dedicado al interior del continente, comenzando a establecer en los virreinatos los cimientos de la organización territorial, social, religiosa y educativa.
Es a comienzos del siglo XVIII cuando ingleses y sobre todo, rusos, pretenden asentar en las costas americanas del Pacífico Norte asentamientos comerciales. Por ello, y auspiciados principalmente por los virreyes de Nueva España, se comienzan a realizar en la segunda mitad de este siglo una serie de expediciones al norte para expulsar a ingleses y rusos que pudieran encontrarse en esas latitudes, en los territorios sobre los que España tenía derechos territoriales en virtud del Tratado de Tordesillas. El negocio de la trata de pieles de nutria marina era en esa época una importante fuente de riquezas que ninguna de las naciones quería desaprovechar, y esas costas de Canadá y Alaska constituían su hábitat.
Españoles en el paralelo 54 Norte
Los primeros movimientos marítimos dirección norte tienen su origen en el Virreinato de Nueva España en el año 1774. Juan José Pérez Hernández, al mando de la fragata Santiago, parte del puerto de San Blas en un viaje que durará diez meses. El Virrey de Nueva España, Antonio María de Bucarelli, le encomienda la misión de llegar al paralelo 60 para investigar la presencia de navíos y comerciantes rusos, pues habían llegado esos rumores a la corte mexica y mediante este viaje pretendía reafirmar la presencia y dominio español en esas latitudes.
Durante esta singladura, se descubre la isla de Nootka, y las tierras de Haida Gwaii (actualmente Isla Reina Carlota) y los Kaigani Haida (Isla del Príncipe de Gales). Debido a la mala salud de parte de la tripulación, debe regresar a su puerto de origen estando en el paralelo 54, no pudiendo cumplir con lo ordenado por Bucarelli. En el viaje no se realiza desembarco alguno, comerciando desde la fragata Santiago cuando se fondeaba en las proximidades de los asentamientos nativos, estableciendo buenas relaciones con los Tlingit, los Haida y los Kaigani.
Un bilbaíno en Vancouver: La expedición de Heceta
Al mismo tiempo que transcurre la expedición de Pérez, llega a Nueva España un grupo de oficiales de la Armada tras finalizar su formación. Estos hombres estarán llamados a los laureles del éxito en la exploración de las costas del Pacífico de los actuales Canadá y Alaska.
Para el siguiente viaje, Bucarelli designa jefe de la misma al bilbaíno Bruno de Heceta y Dudagoitia, que capitaneará la fragata Santiago y llevará como segundo a Juan J. Pérez, anterior comandante de la nave. Además de la Santiago compondrán esta expedición el paquebote San Carlos, como barco de transporte de suministros, y la goleta Sonora, al mando de Juan Francisco de la Bodega y Quadra.
Esta goleta jugará un papel fundamental en esta expedición, como se explicará posteriormente. Parten del puerto de San Blas el 16 de marzo de 1775, y el 19 de marzo el San Carlos se separa de la expedición y explora la bahía de San Francisco, regresando en septiembre a San Blas.
Los barcos Santiago y el Sonora continúan el viaje hacia el inhóspito norte, reclamando las tierras de California el 9 de junio de 1775, tras fondear en la Bahía de Trinidad y comerciar con los indios habitantes de la zona. Tras un mes de navegación llegan a la costa del actual estado norteamericano de Washington, donde establecen relaciones amistosas con la tribu quinault, realizando el día 12 de julio el acto de toma de posesión para España de esas tierras, considerándose desde ese momento parte del Virreinato de Nueva España.
El lugar fue denominado la Rada de Bucarelli, en honor al virrey. Ese mismo día, en una misión de reavituallamiento de agua dulce, 7 marineros son masacrados por indígenas, sin que pudieran ser apoyados desde las naves principales. Se nombró a ese lugar como postrer tributo a su sacrificio Punta de los Mártires. El día de Santa Marta, 29 de julio de 1775 se separan los dos navíos, continuando la fragata Santiago hacia el Norte hasta la actual frontera entre Estados Unidos y Canadá, explorando el hoy denominado Estrecho de Juan de Fuca, al sur de la actual isla de Vancouver. Le dieron el nombre de Bahía de la Asunción, aunque en documentos españoles posteriores también se le denominó Entrada de Heceta (o Hezeta).
El Sonora rumbo a Alaska
El Sonora, sin embargo, continúa rumbo norte, hasta alcanzar Sitka Sound, tierras de la actual Alaska. Realizan actos de toma de soberanía para España en diversos puntos de esa costa, denominando a Sitka Sound como Ensenada del Susto, el actual Mount Edgecumbe como Monte San Jacinto, o a Salisbury Sound como Puerto de los Remedios. El día 8 de septiembre inician el viaje de vuelta a San Blas, con la mayor parte de la tripulación enferma de escorbuto, llegando a Monterrey el 7 de octubre, donde le espera la Santiago.
Heceta había llegado 5 semanas antes allí, con parte de la tripulación padeciendo también la misma enfermedad. Tras tres semanas de cuidados de los misioneros de Monterrey y los marineros de la Santiago, se recupera la tripulación de la Sonora, permitiendo que ambas naves prosigan su regreso a San Blas partiendo el 1 de noviembre y llegando unas semanas después a San Blas. Hay que destacar de esta expedición el fallecimiento por enfermedad el día 3 de noviembre de Juan José Pérez, segundo de a bordo en la Santiago de Heceta y artífice de la anterior expedición. Se le considera una figura esencial, puesto que fue el inspirador de las futuras expediciones que se realizarían en esas costas.
La Alaska española y el limeño Juan Francisco De la Bodega y Quadra.
Tras la exitosa expedición anterior, el virrey vuelve a confiar en De la Bodega y Quadra para participar en una expedición al norte. Esta vez, como segundo de la expedición y como comandante de la fragata Princesa. Al mando de la expedición y de la fragata Favorita iba Ignacio de Arteaga y Bazán.
El principal objetivo de esta navegación fue el evaluar la presencia rusa en las costas de Alaska. Parten del puerto de San Blas el 11 de febrero de 1779 dirigiéndose directamente hacia el Puerto y entrada de Bucarelli, que exploraron durante unos días. Parten de nuevo rumbo norte, tomando tierra y haciendo el acto formal de toma de posesión el día 23 de julio en lo que denominaron Puerto de Santiago, hoy conocido como Port Etches.
Continúan aún más la navegación, explorando las actuales Ensenada de Cook y Península de Kenai, realizando otro acto formal de toma de posesión para España el día 2 de septiembre en el hoy conocido como Port Chatham, recibiendo el nombre de Ensenada de Nuestra Señora de la Regla. El día 8 de septiembre, debido a las diversas enfermedades que padecía parte de las tripulaciones de ambas fragatas, comienzan el viaje de regreso a San Blas.
Un navegante de Nueva España descubre las islas Aleutianas.
Tras diez años sin realizar viajes de exploración a estas latitudes, al no haber detectado los asentamientos de comerciantes rusos, en el año 1788 el Rey Carlos III decide consolidar los derechos españoles en esas aguas. El principal motivo es el interés creciente tanto de Rusia, como de Gran Bretaña y los recién independizados Estados Unidos en hacerse con el control del comercio de pieles de nutria, marta, castor y oso marino. Se envía para ello en marzo de 1788 a dos buques, la ya conocida fragata Princesa, al mando del líder de esta expedición, el sevillano Esteban José Martínez, y el paquebote San Carlos al mando del novohispano Gonzalo López de Haro. Tenían como misión la búsqueda de establecimientos rusos o británicos en aquellas aguas, y la de realizar actos de toma de posesión de las tierras que descubrieran en el transcurso de la misma.
En mayo llegan a Puerto Santiago, desde donde viran rumbo oeste arribando a la isla de Kodiak (a la que llaman Isla Floridablanca). Los nativos de la isla les informan que los rusos tienen un establecimiento en las cercanías, y que pretenden establecerse en la isla de Nootka.
Haro se reúne con el comandante ruso del asentamiento de Kodiak, que le informa de los siete asentamientos rusos en Alaska, en los que hay en total unos quinientos hombres y le confirma las intenciones rusas de establecerse en Nootka.
Las islas de la Alaska española
Posteriormente siguen rumbo oeste, descubriendo y tomando posesión de la Isla de Niebla (Isla Chirikof), islas de los Pilotos (Isla Shumagin) y la Isla de San Gonzalo (Isla Unimak) y llegando hasta la isla de Unalaska (parte del archipiélago de las Aleutianas), siendo ésta última la toma de posesión formal más al oeste que realiza España. En esta isla hay un importante establecimiento ruso, y en él les informan que hay ya fuerzas rusas de camino a Nootka para establecerse formalmente en esa isla, aunque era falsa esta información pues se trataba de in único barco, y sin otro cometido que la exploración. El día 18 de agosto inician por separado el viaje ambas naves por los continuos enfrentamientos entre sus capitanes, llegando por separado a San Blas, a finales de octubre el San Carlos, y en los últimos días de diciembre la fragata Princesa.
Diferencias entre España y Reino Unido en el Pacífico
El año siguiente, en 1789 y tras las noticias que traen Esteban José Martínez y Gonzalo López de Haro acerca de los movimientos de los rusos hacia los territorios ya reclamados por España y de los que se había realizado toma de posesión formal, se lanza una nueva expedición. El virrey de Nueva España, Manuel Antonio Flores, ordena la ocupación de la isla de Nootka por un destacamento permanente de soldados. Allí deberá construirse una fortaleza y un asentamiento comercial para demostrar que la posesión de aquellas tierras era para España, anticipándose así a ingleses y rusos en estas reclamaciones.
Inicialmente se ordena la toma oficial de posesión y el establecimiento del puesto comercial. Para esta misión el virrey selecciona a los mismos oficiales que en la misión anterior, al mando de los mismos buques, los ya conocidos por los lectores de este artículo paquebote San Carlos y la fragata Princesa cada una bajo el mando de sus anteriores capitanes. Parten del puerto de San Blas el día 19 de febrero de 1789, arribando a las costas de Nootka el 5 de mayo.
Al llegar a esa isla, se encuentran con dos barcos de los recién independizados Estados Unidos, aliados de España, que se encontraban invernando en esas aguas y comerciando con pieles, dejándoseles marchar sin más incidentes. Además de estas naves se encuentran en la zona al paquebote portugués (pero propiedad del británico John Meares) Iphigenia Nubiana, junto con el Northwest America.
Los contrabandistas Ingleses son capturados
Tras los controles de documentación de ambos buques, se captura al capitán Douglas, su comandante, apresándolos por no encontrar en regla las instrucciones que tenía el citado capitán para estar en esa área. Douglas informa de que poco tiempo después llega otro paquebote británico, el Argonauta, que pretendía construir una fortificación en Nootka, siendo este buque apresado también por Esteban José Martínez al intentar huir sin entregarle sus instrucciones. El 9 de junio hace aparición en Nootka la balandra Princess Royal, de pabellón británico, que es también apresada por los españoles en virtud del acuerdo que se había alcanzado con el Capitán Douglas, que era la entrega del mismo como pago en especie de las deudas por su actividad en esos territorios.
Entretanto, el Capitán Meares escapa en el buque Northwest America hacia el Reino Unido, donde informa de la situación, provocando estas pérdidas gran preocupación. Mientras este viaje a la metrópoli se produce, Martínez desembarca y bautiza el hoy conocido como Nootka Sound como Puerto de San Lorenzo de Nuca, construyendo en el islote de San Miguel el asentamiento que denominó Santa Cruz de Nuca (hoy Yuquot), y el Fuerte de San Miguel, al que se dota de una pieza de artillería de 16 pulgadas. A finales del mes de julio se reciben órdenes de abandonar aquellas tierras, regresando a San Blas con los navíos ingleses capturados a finales de octubre del año 1789.
Los voluntarios de Cataluña en el Fuerte de San Miguel
El nuevo virrey de Nueva España, Juan Vicente de Güemes, conde de Revillagigedo, el año siguiente, ordena la reocupación del Fuerte de San Miguel, enviando al lugar a Francisco de Eliza con tres naves (el ya conocido paquebote San Carlos, el Royal Princess rebautizado como Princesa Real, y la fragata Concepción), y 76 hombres de la Primera Compañía Franca de Voluntarios de Cataluña.
Parten del puerto de San Blas a primeros de febrero de 1790, llegando al fuerte el 24 de marzo. Se desembarca la artillería, emplazando ocho cañones de gran calibre, y otros seis de menos calibre, tras la reconstrucción del fuerte y levantar otros edificios. A finales de abril se unen a este destacamento las fragatas Aránzazu y Princesa.
La expedición de Fidalgo
Durante los preparativos de esta fortificación, Eliza envía a misiones de exploración al San Carlos y al buque Princesa Real. El primero de ellos, al mando de Salvador Fidalgo, llega hasta las costas de Alaska.
Las explora y realiza la ceremonia formal de toma de posesión del hoy conocido como Cordova, del actual estado de Alaska, además de otras tierras más al oeste. Nombres ya perdidos como Puerto Gravina o puerto Mazarredo, y otros que se mantienen como puerto Revillagigedo o puerto Valdez son testigos de esta gesta. Sin embargo se mantiene puerto Fidalgo, que es como se rebautiza a Puerto Mazarredo por el marino inglés Vancouver como reconocimiento al marino español. El San Carlos regresa a San Blas mediado el mes de noviembre del año 1790.
El Princesa Real Cartografía Vancouver por primera vez
El Princesa Real recibe la orden de explorar el terreno del estrecho de San Juan de Fuca, cartografiando toda la costa entre la isla de Vancouver y el continente. A principios de agosto regresan a Nootka, y posteriormente ponen rumbo a Monterrey donde se reúne con el San Carlos, llegando juntos a San Blas en noviembre.
Mientras todo esto sucede en el continente americano, en el Viejo Continente la situación está muy tensa. Hay una serie de conflictos diplomáticos entre España y el Reino Unido por las reclamaciones territoriales de las costas del Pacífico. Durante este tenso periodo, los británicos se van rearmando, mientras que los españoles intentan conseguir el apoyo de Francia.
Estas divergencias y fricciones diplomáticas se resuelven con las convenciones de Nootka, fimadas entre los años 1790 y 1793, en los que se acuerda que España debe devolver los territorios, entre otras compensaciones económicas. Una curiosidad importante de estos tratados es que, tras las guerras napoleónicas en Europa, la independencia de los virreinatos españoles y la llegada de los Estados Unidos al Pacífico, se configura la actual frontera entre estos últimos y Canadá en base a los acuerdos de Nootka.
Los estadounidenses usan el argumento de ser los herederos y depositarios de los derechos de los españoles en esa área, frente a las pretensiones británicas de expansión hacia el sur.
La isla de Vancouver y Quadra
Previo a la firma de los acuerdos, se envía a la isla de Nootka por parte de España a Juan Francisco de la Bodega y Quadra, y por parte británica al capitán George Vancouver. A pesar de lo amistoso de las negociaciones, ambos tenían diferencias de pareceres, que solucionaron enviándolas a Madrid y Londres para su resolución. Mientras esperaban la contestación a las mismas, ambos capitanes acuerdan nombrar a la gran isla al este de Nootka con el nombre de los dos capitanes. La hoy conocida isla de Vancouver, por lo tanto, y en virtud del acuerdo entre ambos capitanes, se llama realmente, Isla de Vancouver y Quadra.
El acuerdo final entre España y Reino Unido supuso la retirada de los territorios al norte del Estrecho de Juan de Fuca de los españoles. Se reconocerían los derechos británicos sobre los mismos, constituyendo el principio del fin de la presencia española en esas latitudes.
Expedición de Malaspina y Alcalá Galiano.
A finales de junio el año 1789 parte de Cádiz la expedición de Alejandro Malaspina, para realizar un estudio astronómico, hidrográfico, cartográfico y botánico de América y las posesiones españolas del Pacífico. El nombre que el monarca Carlos III da a la misma es “Viaje Científico y Político Alrededor del Mundo”. En el mismo participan, además de Malaspina, José de Bustamante y Guerra, Dionisio Alcalá Galiano, así como ilustres dibujantes, naturalistas y biólogos, todos ellos embarcados en las corbetas Atrevida y Descubierta.
El objetivo del rey ilustrado era aumentar los conocimientos sobre botánica, zoología y geología de las tierras españolas, además de construir cartas hidrográficas de América. Al llegar desde las costas gaditanas hasta Acapulco el 19 de octubre de 1791, reciben la orden del monarca Carlos IV (Carlos III fallece a los dos meses de partir de Cádiz la expedición) de buscar el paso del noroeste, que comunica los océanos Atlántico y Pacífico.
Malaspina parte rumbo norte hasta llegar a Alaska, al lugar que denominaron Bahía de Castilla (actual Dry Bay) y Puerto Desengaño (Disenchantment Bay), donde se dan cuenta de la inexistencia de ese paso. Es en este viaje al norte cuando paran en nuestra ya querida isla de Nootka, sorprendidos al encontrar un fuerte donde ondeaba la enseña nacional. Al desembarcar entran en contacto con la guarnición española. Éstos les dan los primeros contactos con los nativos de la zona y les dan otras informaciones de lo que encontrarán al norte.
Barretinas en el fuerte de San Miguel
Parte de los dibujos de la expedición que se realizan en esa isla, reflejan la vida diaria de la guarnición. Dentro de la colección no faltan retratos de los valientes soldados de la Compañía de Voluntarios de Cataluña, en los que aparecen tocados con la tradicional barretina.
Al volver a Acapulco reciben la orden del Virrey de Nueva España de cartografiar el Estrecho de Juan de Fuca. Este trabajo sería ejecutado por Dionisio Alcalá Galiano, al que dan el mando de las naves novohispanas Mejicana y Sutil. El resto de la expedición continúa el viaje al oeste, hacia las filipinas, terminando su periplo por las tierras del Pacífico norte americano
Mis conclusiones.
El legado de estos ilustres marinos españoles es si no totalmente desconocido, si muy ignorado. Gracias a la curiosidad que siempre hemos tenido los amigos que participamos en esta página, hemos ido descubriendo cuán lejos llegaron nuestros compatriotas de siglos pasados, y cuán orgullosos de su legado debemos mostrarnos.
En cuanto al tema que nos atañe, la exploración hispana en el Pacífico norte americano y la Alaska española, podemos decir que, aunque España fue pionera en las mismas. Se comenzaron a realizar como reacción a las primeras incursiones que británicos y rusos estaban realizando en esas aguas.
El hecho de estar inmersos en un periodo de gran incertidumbre, acompañados de las guerras contra la Francia napoleónica como las guerras de independencia en los virreinatos americanos hizo que España fuera poco a poco perdiendo peso y presencia en aquellos territorios.
No obstante, hay que reivindicar el papel desarrollado por los marinos que aquí tratamos, como son Juan Francisco de la Bodega y Quadra, Gonzalo López de Haro Moreno, Francisco de Eliza, o Juan José Pérez Hernández, el primero de ellos y el que marcó el inicio del camino que todos ellos recorrieron posteriormente.
¿Qué exploradores hispanos crees que han sido olvidados y merecen un reconocimiento? Déjanoslo en los comentarios y nosotros haremos el resto.
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Preguntas frecuentes sobre la Alaska española
El capitán Salvador Hidalgo, al mando de los Voluntarios de Cataluña, costea por el litoral de Alaska, bautiza un paraje como Valdés. Posteriormente fondearía en el Puerto Córdova y desembarcaría tomando el 3 de junio de 1790 toma posesión de Alaska en nombre del Rey de España.