La carabela, clave en la era de los descubrimientos del siglo XV y XVI, era una embarcación veloz y ágil, con hasta 30 metros de eslora, tres mástiles y velas latinas. Destacó en comercio y exploración, marcando un hito en la historia marítima.
Francisco San Martín
- ¿Qué era la carabela?
- Características básicas de la Carabela
- ¿Cómo se medía la velocidad?
- ¿Cuándo surge la Carabela?
- Como se definía a las carabelas
- ¿Es la Carabela más rápida que la nao?
- Las carabelas, las escoltas de las naos
- Diseño del Casco de una carabela
¿Qué era la carabela?
La Carabela era una nave de vela que se empleo en los siglos XV y XVI, permitiendo ensanchar los horizontes del mundo conocido. Su uso principal era el del comercio marítimo, pero su popularidad la hizo la candidata ideal para a cometer los descubrimientos. No debemos olvidar que comerciar con las islas de las Especias era el principal objetivo de las monarquías peninsulares.
La carabela era capaz de alcanzar una nada desdeñable velocidad de 10 km/h con las condiciones climáticas favorables, sus mejoras tecnológicas marcaban la diferencia con el resto de naves. Ésta era de las favoritas de la época y prueba de su fiabilidad son las grandes gestas que hombres valientes vivieron con ellas.

Características básicas de la Carabela
La carabela era una embarcación a vela, bastante ligera, alta y alargada. Para hacernos una idea, éstas llegarían a alcanzar los 30 metros de eslora. A su vez era estrecha, y de aparejo latino, llegando a contar con tres mástiles.
Poseía una sola cubierta y tenía un castillo de popa elevado. Para la era de los descubrimientos fué muy rápida, pues alcanzaba casi 6 nudos, unos 10 km /h.
Gracias a estas características pudo afrontar con éxito los viajes a través del océano. Fue inventada por portugueses y españoles como evolución de otras naves que explicaremos a continuación.
Las carabelas portuguesas fueron concebidas en la Escuela de Navegación de Sagres, fundada por Enrique el Navegante a principios del siglo XV, mientras que las españolas alcanzarían su apogeo en los astilleros de Sevilla.
El velamen latino y el pilotaje de la carabela exigía bastante conocimiento y pericia que otras embarcaciones más comunes como eran la carraca o nao.
La carabela portuguesa y española demostraron ser más marineras con cualquier tipo de viento, aunque el tipo de velamen redondo no permitía aprovechar todo el viento de popa, como las naos.
¿Cómo se medía la velocidad?
En esta época, para la medición de la velocidad se utilizaba la corredera que aunque fue perfeccionándose, en su forma más básica consistía en una pequeño reloj de arena (ampolleta) de 30 segundos para medir la velocidad del barco en nudos. Una tablilla de madera con forma de arco gótico y lastrada con plomo en su borde inferior para que flotara de manera vertical en el agua. Iba sujeta en las tres esquinas por tres cordeles que juntaban a cierta distancia y que iban unidos al cordel de la corredera que iba enrollado en un carretel que se podía sujetar de forma que giraba libremente la distancia exacta entre nudos se calculaba para cada ampolleta en particular.
¿Cuándo surge la Carabela?
La carabela es resultado del proceso de evolución y mejora realizado por carpinteros de ribera, portugueses y andaluces, del cárabo o caraba moruno.
¿Qué es el carabo?
El cárabo era una embarcación empleada en el Norte de África, de cierto porte con cubierta aparejo latino, que podía llevar hasta 30 hombres de tripulación.
Según se desprende de las crónicas portuguesas de Azurara y Rui de Pina. García de Palacio define el cárabo como:
«Género de navío que los turcos usan».
Rui de Pina
La caraba como «navío grande de los que en Levante se usan». También se cita en las crónicas españolas de don Alfonso XI de Castilla cuando se refiere la armadas de los reyes de Granada, Túnez Bugía, reunidas por Abuhasen en 1339 en las que figuraban «galeras otros navíos, muchos de los cuales hacen los moros que llaman cárabos barcos grandes numerosa caravana de navíos pequeños».
La misma crónica dice que en la armada, que el rey Alí envió al cerco de Algeciras en 1342, iban muchos cárabos, trayendo cada uno de 50-60 caballos.
La galeota y la carabela andaluza
En la evolución de la carabela andaluza pudo también haber influido de forma notable la galera o mejor aún la galeota. Al menos en el aparejo, en el diseño de la obra viva, en la disminución de la relación manga/eslora.
La primera referencia la carabela en lengua española es de la crónica de don Juan II que, con motivo de una inundación acaecida en Sevilla en 1434. Nos cuenta que
«.. .muchos [vecinos] se metían en naos carabelas…».
Crónica de Don Juan II
La primera referencia a una carabela de altura es de 1434, con motivo de una expedición al estrecho de Gibraltar que recaló en Silves.
Como se definía a las carabelas
Hay muchas definiciones de la carabela, pero quizá la más antigua en lengua española sea la de García de Palacio en su obra Instrucción náutica para navegar, Méjico 1587, por tanto contemporáneo de las carabelas, que define como:
«un navio largo y angosto que trae velas latinas».
García de Palacio
Años antes, 1555, el portugués Fernando Oliveira escribía que las carabelas eran más estrechas que lo requerido por las proporciones que debe tener un navío redondo, cuya eslora debe ser tres veces su manga, mientras que la carabela tiene mayor eslora que la que pide su manga.
Más completa, aunque también más moderna, es la definición del capitán de fragata de la armada española Timoteo O’Scanlan en su valioso Diccionario marítimo español:
«Embarcación larga angosta, con tres palos sin cofas, una sola cubierta,
Timoteo O’Scanlan
espolón proa, popa llana, velas latinas».
En la anterior definición, en lo que se refiere al casco, destaca en su diseño la menor relación manga/eslora, en comparación con las naves de aparejo redondo; y en su construcción, la popa llana en contraposición la popa redonda propia de naos carracas.
La menor relación manga/eslora permite que los finos de proa popa tengan más eslora para su total desarrollo. Esta particularidad, en lo que se refiere la popa, está facilitada por la popa llana que permite una excelente salida de aguas en los bajos de la obra viva, necesaria para el mejor rendimiento del timón el gobierno de la nave, sin encarecer su construcción.
¿Es la Carabela más rápida que la nao?
Estas características de diseño del casco daban a las carabelas una indudable ventaja sobre las naos en velocidad en capacidad de ganar barlovento. Circunstancia que se puso claramente de manifiesto en el primer viaje de descubrimiento del almirante Colón. Con vientos portantes una carabela, con el mismo plano vélico, consigue un 25 por ciento más de velocidad que una nao de su misma eslora.
De nuevo con el mismo plano vélico navegando de bolina, una carabela gana también un 25 por ciento de velocidad abate un 25 por ciento menos que una nao de su misma eslora. Si se trata de navegar de bolina, esta ventaja del diseño del casco se debe añadir la ventaja del aparejo latino.
En la navegación de ceñida tiene mayor importancia, por consideraciones aerodinámicas, la diferencia de presiones que se forma entre el lado de barlovento sotavento de la vela, que la mera presión por barlovento, que tanta importancia tiene en la navegación con vientos portantes.
Además, en la navegación de bolina cobra una gran importancia la mayor rigidez del borde de ataque el mayor alargamiento (relación entre la longitud la anchura de la vela) de la vela latina, en comparación con la vela redonda, pesar de la pequeña ayuda que esta última recibe de sus
púas de bolina en lo que rigidez del borde de ataque se refiere.
Las características de velocidad y capacidad de ganar barlovento hicieron de la carabela una de las naves más adecuadas para el combate y para los descubrimientos, «…de manera que así como son ligeras, así son fuertes para embestir pelear demás que navegan contra el viento, lo que otros navíos no pueden tan bien hacer; …».
Las carabelas, las escoltas de las naos
La carabela era empleada en la guarda de las naos que hacían la carrera de Indias, en incursiones de corso piratería, en expediciones de descubrimiento de conquista.
Antes de la conquista de Granada, Diego de Valera propuso los reyes Católicos mantener una armada para la guarda del estrecho de Gibraltar. En esta petición, Valera presentó un memorial sobre su composición armamento en el que proponía que la armada estuviese formada por dos carracas, dos naos, dos balleneros y seis carabelas latinas. Descartaba las galeras por ser muy costosas de poca utilidad en invierno.
La carabela dió paso al Galeón y una nueva nao
A mediados del siglo XVI, la carabela había alcanzado, probablemente, el cénit de su desarrollo. Poco tiempo después comenzaría su decadencia, de forma que con la aparición del nuevo galeón, con la tipología que se impuso mediados del siglo XVI que incorporaba la nao características de la carabela: menor relación manga/eslora, líneas de agua más afinadas popa plana, la carabela dejó de formar parte de las armadas castellanas.
La carabela portuguesa evolucionó con la ampliación de su arqueo francobordo, el empleo de un castillo de proa, la conversión del aparejo del trinquete en redondo con trinquete velacho, el aparejo de un bauprés con cebadera.
Gracias esta evolución la carabela portuguesa se empleó hasta bien entrado el siglo XVII.
Diseño del Casco de una carabela
La carabela española se encontraba, a principios del siglo XVI en el culmen de su desarrollo. Era un barco muy velero bolineador estas características tienen que apreciarse en las formas de su carena. En aquellos tiempos el arte de construir naves se transfería entre los carpinteros de ribera de maestros aprendices.
Todos, su vez, enriquecían su arte con los comentarios consejos de sus vecinos, pilotos tripulantes de las naves que construían. Algunas reglas sencillas servían para definir la nave: eslora, manga, puntal y quizás el arqueo.
Otras reglas, tan simples como aquellas, servían para plantear sus formas principales, reglas basadas en la recta, el circulo, perpendicularidad…, que un sencillo aunque experimentado artesano pudiese aplicar con una regla un trozo de cabo.
Las matemáticas no lo eran todo en el diseño
El resultado final no podía ser, sin embargo, puramente matemático, otras consideraciones tales como la facilidad de construcción de la carena alisada que resultase marinera, tenían que primar sobre la frialdad de las sencillas reglas matemáticas.
La primera etapa es el diseño de las formas del casco que, su vez, dependen de la definición de: la cuaderna principal, basada en la manga puntal de la carabela, su posición en la eslora; la sección longitudinal en crujía que depende de la eslora, lanzamientos, forma de la roda inclinación del codaste, forma de la línea del borde de regala; cubierta principal que depende de su arrufo transversal longitudinal, del puntal, de la manga en popa.
La formas de los redeles de popa proa, en función del arqueo de la fisonomía deseada en el plano de flotación; y, finalmente, plano de flotación, resultado de las formas de la cuaderna maestra, redeles, manga del espejo, popa llana y semiángulo de entrada.
Cómo puede observarse, los aspectos a tener en cuenta no eran pocos. Aunque las matemáticas tuvieran que adaptarse a los procesos constructivos de la época, el nivel de especialización era altísimo y flexible para poder adaptarse a las nuevas tendencias que se daban en el estado del arte de la navegación.