- Orígenes y Expansión
- Tecnología y Materiales
- Descubrimientos y Estudios Arqueológicos
- Antecedentes y Desarrollo Cultural
- Organización Política y Económica en la cultura Tiahuanaco
- Religión y Ritos
- Decadencia y Colapso
- Ciudades y Descubrimientos Arqueológicos
- Conclusión
Orígenes y Expansión
La cultura Tiahuanaco, conocida en aimara contemporáneo como Tiwanaku, fue una notable civilización arqueológica que se extendió por Bolivia, Perú, el norte de Chile y el extremo norte de Argentina entre 1500 a.C. y 1187 d.C. Su influencia se manifestaba en objetos con una peculiar iconografía, especialmente en la cuenca del lago Titicaca, la región nuclear desde donde se dispersó hacia los valles y la costa del océano Pacífico al oeste, la región del Chapare al este y el oasis de San Pedro de Atacama al sur.
El principal centro religioso y capital de esta cultura fue la ciudad de Tiwanaku, situada a pocos kilómetros al sur del lago Titicaca, en el actual departamento boliviano de La Paz. A través del intercambio con diversas sociedades locales, Tiahuanaco logró obtener una serie de bienes y recursos de ecosistemas distintos al del Titicaca. Se manejaron enclaves poblacionales en zonas como el departamento de Cochabamba, en los valles orientales bolivianos. La lengua predominante de esta civilización era el pukina.
Arte y Expresiones Materiales
Tiwanaku se destaca por su amplia infraestructura ceremonial que refleja un avanzado pensamiento religioso y social, difundido a través de objetos más ligeros como cerámica y textiles. Estas formas de expresión material alcanzaron una notable perfección técnica, variando cronológica y espacialmente. Inicialmente, se pensaba que la cerámica más tosca de Tiwanaku representaba una fase tardía o decadente. Sin embargo, el descubrimiento en 2006 de más de 400 piezas cerámicas de gran perfección y colorido en la isla de Pariti, datadas por radiocarbono en el 1000 d.C., desafió esta idea.
La cerámica de Tiwanaku presenta una notable variedad entre las zonas de la cuenca del Titicaca y estilos derivados en regiones como Azapa (Chile) y Cochabamba (Bolivia). Además de la cerámica, Tiwanaku destacó en el arte textil, predominando el uso de lana de camélidos andinos para crear tapices polícromos y estilos distintivos como el gorro de cuatro puntas (ch’uku), utilizado por la clase alta desde principios del 500 d.C. Estos textiles complejos son observables en regiones secas como el norte de Chile y el altiplano boliviano meridional.
Tecnología y Materiales
La tecnología del bronce fue ampliamente utilizada, especialmente en la arquitectura ceremonial, donde se emplearon grapas de sujeción de bronce para unir piedras. Otros materiales trabajados por Tiwanaku o influenciados por su ideología incluyeron ornamentos de oro laminado y plata, tallas de madera, objetos de hueso pirograbado, cestería y cuentas de collar en piedras semipreciosas, hueso y concha.
Descubrimientos y Estudios Arqueológicos
El primer europeo en encontrar los restos arqueológicos de Tiwanaku fue el cronista español Pedro Cieza de León en el siglo XVI. Sin embargo, las visitas de estudiosos al sitio aumentaron significativamente a partir del siglo XIX, con figuras como Alcide D’Orbigny, Ephraim Squier y Charles Weiner. En el siglo XX, arqueólogos como Alphonse Bandelier, Max Uhle y Wendell Bennett hicieron contribuciones importantes. En décadas más recientes, los estudios han sido liderados por arqueólogos como Carlos Ponce Sanginés, Alan Kolata, David Broman, Marc Bermann, Juan Albarracín-Jordán, Sonia Alconini, John Janusek, Charles Stanish, Nicole Couture, Deborah Blom, Alexei Vranich, Antti Korpisaari, Javier Escalante, Claudia Rivera, Jédu Sagárnaga y Juan Villanueva.
Ubicación Geográfica y Cronología
La cultura Tiahuanaco, originaria de la región Uru-Puquina, se desarrolló a orillas del lago Titicaca. Según el arqueólogo Carlos Ponce Sanginés, esta cultura surgió alrededor del 1580 a.C. y perduró hasta el 1187 d.C. El centro principal de esta civilización se ubicaba a una altitud de 3900 metros sobre el nivel del mar, en lo que hoy es Bolivia, extendiéndose también a territorios actuales de Perú, Chile y Argentina.
Tiahuanaco fue la cultura más longeva del área sur andina del lago Titicaca. La periodización de su evolución ha variado a lo largo del tiempo. Wendell Bennett, en un principio, dividió la cronología de Tiahuanaco en tres periodos: temprano, clásico y decadente. Sin embargo, estudios posteriores, como los de Ponce Sanginés, propusieron una cronología más detallada en cinco fases, abarcando desde el periodo formativo tardío hasta su colapso alrededor del año 1200 d.C. Esta cronología se basa en estudios tipográficos, radiocarbónicos y estilísticos de piezas cerámicas y artísticas.
Antecedentes y Desarrollo Cultural
Los comienzos de Tiahuanaco (1500 a.C. – 100 d.C.) corresponden a un periodo aldeano, compartiendo el altiplano con culturas como Wankarani y Chiripa. La cultura Chiripa, contemporánea a la época inicial de Tiahuanaco, destacó por su fuerza creativa y se considera precursora directa de Tiahuanaco. Chiripa se caracterizó por sus templetes semisubterráneos y diseños iconográficos que influenciaron a Tiahuanaco y Pukará.
La cultura Pukará se desarrolló en el sector nor-occidental de la cuenca del lago Titicaca, con dos fases de desarrollo: Formativo Medio (1400 a 550 a.C.) y Formativo Tardío (550 a.C. a 400 d.C.). Pukará produjo una estatuaria lítica y cerámica de gran calidad, principalmente con propósitos religiosos. Se cree que los Tiahuanaco, al encontrarse con la cultura Pukará, adoptaron y trasladaron su modelo arquitectónico a su propia capital en el valle de Tiwanaku.
El traslado masivo de esculturas desde la cuenca norte del lago hacia Tiwanaku es interpretado como un gran proyecto estatal promovido por las élites dirigentes. Estas esculturas, algunas datadas en el Formativo Medio, se convirtieron en objetos de gran valor religioso y ritual.
Períodos y Evolución
Durante el Periodo Aldeano (1580 a.C. – 45 d.C.), Tiwanaku era una pequeña aldea con casas rectangulares y techos a dos aguas. No se han encontrado vestigios de arquitectura religiosa o monumental, y los enterramientos se realizaban directamente en cestas de piedra. La economía se basaba en el cultivo de papa, oca y la domesticación de llamas para el pastoreo y el intercambio de productos.
En el Periodo Urbano (45 d.C. – 700 d.C.), Tiwanaku se transformó en una gran urbe ceremonial con dos centros dominantes: Akapana y Puma Punku. Ambos muestran la estructura dual característica de la sociedad andina, dividida en Anan (los de arriba) y Urin (los de abajo). Se desarrolló un estilo alfarero realista que influenció a otras culturas, como la Wari.
Durante el Periodo Imperial (700 d.C. – 1187 d.C.), Tiwanaku se expandió territorialmente, extendiendo su influencia a la costa, los valles interandinos, el altiplano y la sierra. La expansión se evidenció en la difusión de símbolos y elementos tiahuanacotas en cerámica y textiles en todas las áreas conquistadas. Esta expansión territorial se argumenta que fue posible gracias a diversas estrategias como la “verticalidad” y una economía basada en la producción e intercambio de bienes de prestigio de corte religioso.
Organización Política y Económica en la cultura Tiahuanaco
La política de Tiahuanaco fue de tipo teocrático, centrada en el poder religioso sin utilizar la fuerza militar para las conquistas territoriales. Hacia los años 400 y 500 d.C., reforzaron su poder religioso, expandiendo su dominio hacia la costa occidental y el bosque tropical oriental.
La economía de Tiahuanaco se basaba en la agricultura, ganadería y artesanías. Poseían enclaves agrícolas en yungas marítimas y fluviales, valles interandinos y la puna. La acumulación de riqueza se daba a través de grandes rebaños de camélidos, que proveían lana para la confección de textiles de alta calidad, lo cual demostraba el prestigio y poder de las élites. Estos rebaños también facilitaban el transporte de productos como la hoja de coca y el maíz, que viajaban desde zonas cálidas hasta el centro ceremonial de Tiwanaku.
Religión y Ritos
El dios principal de los Tiahuanaco era el “Dios Wiracocha o del Báculo”, representado en la Puerta del Sol en Tiwanaku. Esta deidad es considerada un dios celestial y, según algunas hipótesis, podría ser el mismo Tunupa de los reinos aimaras posteriores o el Wiracocha de los incas. Además, adoraban al “Chachapuma”, una deidad con una máscara felina, representada en esculturas y k’eros, que era considerada el sacrificador y protector de templos importantes.
Los Tiahuanaco realizaban rituales complejos asociados al consumo de sustancias alucinógenas como las semillas de huilca y el parica, representadas en tabletas encontradas en tumbas de Tiwanaku y San Pedro de Atacama.
Sacrificios y Prácticas Funerarias
Excavaciones en Akapana revelaron ofrendas de cerámica, fragmentos de cobre, huesos de camélidos y entierros humanos. En el primer nivel de Akapana se encontraron restos humanos desmembrados, acompañados de camélidos desarticulados y cerámica. Estos sacrificios se dedicaban a la construcción de la pirámide.
Decadencia y Colapso
La decadencia política y religiosa de Tiahuanaco ocurrió entre los años 950 y 1100 d.C. En el valle de Azapa (Chile) y Moquegua (Perú), se observaron sitios de élite Tiahuanaco destruidos violentamente. Sin embargo, en el altiplano, la pérdida del poder fue menos violenta, evidenciada por la continuidad de estilos alfareros y tradiciones funerarias.
En el siglo XI, la capital de Tiahuanaco fue abandonada, y surgieron varios asentamientos menores en la meseta del Collao. La pérdida del poder político llevó a la emigración de grupos poblacionales desde la ciudad hacia las periferias. La desaparición del estilo alfarero tiahuanacota fue gradual, con asentamientos como Machaca mostrando evidencias de ocupación post-Tiahuanaco.
Ciudades y Descubrimientos Arqueológicos
Durante el periodo urbano, Tiwanaku desarrolló importantes centros urbanos y se expandió fuera del valle de Tiwanaku. Ciudades como Khonkho Wankane, Lukurmata, Pajchiri y Ojje, así como enclaves en el sur de Perú y Chile, muestran la influencia tiahuanacota.
El descubrimiento en 2004 de cerámica escultórica en la isla Pariti, fechada entre 900 y 1050 d.C., reveló piezas de gran perfección y realismo, destacando representaciones de pumas, cóndores y seres humanos.
Conclusión
La cultura Tiahuanaco dejó un legado significativo en la historia andina, marcada por su sofisticada organización social, religiosa y económica. Su influencia se extendió a través de la construcción de complejas infraestructuras, la creación de arte y cerámica distintiva, y la realización de rituales religiosos que reflejaban su profunda espiritualidad y conexión con el entorno. El colapso de Tiahuanaco llevó a la fragmentación de su territorio, dando lugar a nuevas sociedades que continuaron su legado en la región andina.