- Un proyecto hispano: el sueño de las especias
- Fernando de Magallanes: el navegante que no volvió
- Juan Sebastián Elcano: el héroe olvidado
- Otros héroes olvidados:
- Impacto histórico y legado
Un proyecto hispano: el sueño de las especias
En el amanecer del siglo XVI, las potencias ibéricas competían por abrir nuevas rutas comerciales hacia el Lejano Oriente. El Tratado de Tordesillas (1494) había dividido el mundo entre Castilla y Portugal, pero las riquezas de las Indias Orientales seguían siendo un misterio de acceso incierto. Fue entonces cuando un navegante portugués, al servicio de la Corona de Castilla, propuso una empresa audaz: alcanzar las islas Molucas navegando hacia el oeste.
Fernando de Magallanes: el navegante que no volvió
Fernando de Magallanes, veterano de las guerras en el Índico, partió el 20 de septiembre de 1519 desde Sanlúcar de Barrameda con cinco naves y más de 200 hombres. Navegó hacia el sur del continente americano, descubrió el estrecho que hoy lleva su nombre y cruzó por primera vez el Océano Pacífico. Su temple, su visión liderazgo y conocimientos marineros marcaron los primeros tramos de la expedición. Sin embargo, Magallanes nunca regresó: murió en la isla filipina de Mactán en abril de 1521, en combate contra los habitantes locales.
Juan Sebastián Elcano: el héroe olvidado
Tras la muerte de Magallanes, el mando recayó en una cadena de capitanes hasta que Juan Sebastián Elcano, marino vasco de Getaria, asumió el liderazgo. Con una única nave superviviente, la “Victoria”, Elcano decidió regresar por la ruta portuguesa del Índico, bordeando el cabo de Buena Esperanza y evitando los puertos enemigos. El 6 de septiembre de 1522, tras casi tres años de travesía y una circunnavegación completa del globo, Elcano y 17 hombres desembarcaron de vuelta en Sanlúcar. Habían cambiado para siempre el mapa del mundo.
Otros héroes olvidados:
Impacto histórico y legado
La expedición demostró empíricamente la redondez de la Tierra, redefinió los límites del mundo conocido y abrió paso a la globalización comercial bajo dominio hispánico. La gesta de Elcano fue celebrada por Carlos I, quien le otorgó un escudo con la leyenda: “Primus circumdedisti me”. Pero durante siglos, la memoria de este logro fue eclipsada por narrativas ajenas.
Hoy, recuperar su legado es también restituir el lugar que corresponde a los españoles en la historia universal de la navegación, la ciencia y la civilización.








