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Tras la última frontera

Pedro de Halcón, loco por amor

  1. Biografía de Pedro de Halcón
  2. Primeros años en América de Pedro de Halcón
  3. Pedro de Halcón al borde de la locura
  4. La exploración de Francisco Pizarro continua

Biografía de Pedro de Halcón

Pedro de Halcón fue un conocido explorador y militar español, que tuvo un papel importante en el descubrimiento e hispanización del Imperio Inca. Esta fama la alcanzo por una de las gestas de lealtad más grandes que se han conocido y que por desgracia están cayendo en el olvido.

Halcón fue uno de los valientes y leales a Francisco Pizarro, el formó parte de los Trece de la Fama. Los trece soldados españoles que estuvieron con Francisco Pizarro en la isla del Gallo cuando este hizo una raya en la arena y les dijo a sus hombres que quien se quedaba con él.

Pedro nació en Cazalla de la Sierra, Andalucía. Su padre era Diego García de Halcón y su madre Isabela García de Clara. Cuando era joven, se fue a Sevilla y conoció a Gonzalo Camacho, persona de la que fue criado.

Tras conseguir Gonzalo una licencia de la Casa de Contratación de Sevilla en 1511, marcharían ambos al continente americano.

Primeros años en América de Pedro de Halcón

No se supo de Pedro de Halcón hasta 1526, momento en que se preparó para la milicia. Se decidió a dar este paso, pues sabía de las intenciones de Pizarro y quería formar parte de aquella aventura.

Como ya sabemos, la expedición estuvo repleta de reveses que llegarían a su cenit con los sucesos de la isla del Gallo. Allí fue cuando Juan Tafur, por ordenamiento del gobernador de Panamá, llegó en la búsqueda de los expedicionarios.

Pedro de Halcón junto a Francisco Pizarro y el resto de miembros de los trece de la fama
Pedro de halcón junto a sus compañeros

Sin embargo, 13 soldados se negaron a retirarse, estando Pedro de Halcón entre ellos. Así fue como se les pasó a conocer como los Trece de la Fama, era 1527 y ya eran historia.

La expedición continuó al sur, descubriéndose las tierras de Tumbes y sus tierras aledañas.

Participación en la delegación de Pizarro

A lo largo de la expedición, se logró conocer a grupos humanos de gran nivel cultural en Tierra firme. Siendo esto posible gracias a Bartolomé Ruiz, que fue el piloto del navío que se encargó de hacerles compañía hasta Tumbes.

También los llevó hasta lo que luego se conoció como Santa Cruz, lugar donde se quedó Alonso de Molina. Siguieron hacia Levante, teniendo como objetivo pasar por Molina cuando estuvieran de regreso.

Alonso de Molina
Recreación de Alonso de Molina

Al momento en que recogieron a Molina, decidieron bajar a tierra algunos embajadores de Pizarro, entre ellos Halcón. Sin embargo, el atuendo que vestía era completamente inapropiado para la ocasión, lo cual generó muchos comentarios.

Se había vestido con una ropa lujosa que tenía espada y puñal, pareciéndose así a un soldado de Italia. Era una ropa muy calurosa para el lugar, pero eso no detuvo a Pedro de Halcón para que la usara.

Pedro de Halcón al borde de la locura

Cuando estuvieron en tierra La Capullana se encargó de invitar a los embajadores a un banquete. Además, solicitó que pidieran a Francisco Pizarro que desembarcara para que pudiese conocerlo.

En cuanto comenzó el banquete, todos se dieron cuenta que Pedro de Halcón mantenía una extraña actitud. Estaba completamente hipnotizado por La Capullana, diciendo que se había enamorado de ella desde el momento en que la vio.

Sus gestos hacían pensar, frente a cualquiera, que todo lo que decía era completamente cierto. Se notaba muy desesperado, lanzando ruidos de placer con solo contemplar a La Capullana.

Regreso a la carabela

Todos los compañeros de Pedro de Halcón, al terminar el banquete, se encontraban notablemente sorprendidos de su actitud. Finalizado el banquete, los embajadores de Pizarro retornaron a la carabela y avisaron aquello que solicitaba La Capullana.

Sin embargo, Pedro de Halcón tuvo una petición adicional hacia Pizarro, su capitán. Esta consistía en aclarar que estaba completamente enamorado y, por ello, se iba a quedar en tierra.

Pizarro no dio una decisión definitiva, por lo que acordó con Halcón que iba a decidirse luego. Al día siguiente, Pizarro y gran cantidad de sus hombres desembarcaron, estando Pedro de Halcón con ellos.

Durante el recorrido de Pizarro y sus hombres, Halcón se encontraba siempre junto a La Capullana. Cuando se dio el tiempo de regreso a la nave, se negaba rotundamente a ello y se mostró furioso.

Esto hizo que tomase su espada y la desenvainó, la cual tenía su parte final rota. Esto no lo detuvo para mostrarse en contra de sus compañeros de viaje, siendo un momento muy peligroso.

Bartolomé Ruiz fue muy astuto en ese momento y tuvo una gran idea para reducirlo. Lo que hizo fue tomar un remo y pegarle a Pedro de Halcón en la cabeza, logrando así desmayarlo.

Aunque sus compañeros no querían dañarlo, fue en esas condiciones las únicas en las que pudieron llevarlo a la carabela. Allí se encargaron de colocar cadenas en las manos y dejarlo bajo de la cubierta.

La exploración de Francisco Pizarro continua

La expedición de Pizarro siguió adelante. Sin embargo, esto incrementó los gritos de Pedro de Halcón que seguía cautivo en la bodega del buque.

El equipo de Pizarro, durante el viaje, se encargó de recoger distintos objetos y riquezas. Una vez que se detuvieron, Halcón logró escapar de su guardián, yendo así a la cubierta del barco.

Estando allí, se encargó de decir con gritos a los indios que los cristianos eran unos traidores. Además, dijo que la razón de ello era porque apresaban a inocentes enamorados, siendo este su caso.

Pizarro no tardó en responder a ello y explicó que Pedro de Halcón se encontraba completamente loco. De esta forma retomó el camino otra vez y plantó como destino las tierras de Panamá.

Tras esto, no se sabe con certeza lo que le pasó a Halcón. Para 1528, en Panamá, los conocidos Trece de la Fama se encontraban presentes, pero sin información de Pedro de Halcón.

Poco tiempo después se dio la conocida Capitulación de Toledo, siendo importante para los Trece de la Fama. Por ello, se encargó que en ella estuviera el nombre de Pedro de Halcón para brindarle los créditos correspondientes.

Sus acciones en la isla del Gallo fueron muy importantes y eso es algo que Pizarro siempre valoró. Se cree que la muerte de Halcón fue en Tierra firme, pero no hay certeza absoluta de ello.

Aunque el final de su vida no fue el mejor, los primeros años de acciones hicieron posible descubrir muchas tierras. Por ello aún se le conoce como una persona esencial en el descubrimiento de Perú.