Cómo venimos contando en nuestra serie de artículos sobre la logística Polar, todos los detalles son importante. Ya hemos visto que la meticulosidad mostrada por Amundsen fue determinante para darle la victoria. Sus estudio y pruebas de los diferentes materiales que la logística de equipo polar le brindaba no se quedó atrás…
- Material topográfico y científico.
- La logística de Equipo polar de apoyo ligero.
- Herramientas de trabajo en hielo
- Esquíes para el Antártida
- Otros artículos imprescindibles
Material topográfico y científico.
Debemos recordar, que aunque estas dos expediciones tuvieran como objeto alcanzar, no renunciaron a realizar hallazgos científicos importantes. Estos hallazgos y experimentos abarcaban muchas y variadas disciplinas.
La consumación del alcanzar el Polo Sur, solo sería posible si ésta, venía apoyada por sólidos estudios científicos. La expedición británica, era a todos sus efectos una autentica expedición científica, con auténticos expertos.
Entre algunos de los materiales que compartían destacamos los siguientes:
- Sextantes.
- Horizontes artificiales.
- Brújulas, algunas de ellas (en la expedición noruega) fueron inservibles al congelarse el líquido a temperaturas de más de -40ºC.
- Brújulas de bolsillo.
- Binoculares.
- Cámaras fotográficas.
- Termómetro de aire.
- Barómetros con escala de altitudes hasta 4500 metros.
- Equipos oceanográficos.
- Equipos de meteorología.
- Péndulos.
- Hipsómetros.
- Anemómetros.
La logística de Equipo polar de apoyo ligero.
Material costura.
Para poder realizar reparaciones o modificaciones tanto al equipo personal como al equipo común, era necesario disponer de un completo lote de material de costura. Estos lotes solían contener instrumentos para zurcir, lana, hilo de coser, agujas de todos los tamaños, botones, tijeras y cintas anchas y estrechas, negras y blancas, azules y rojas. Ambas expediciones contaban con personal cualificado con conocimientos en guarnicionería para poder ejecutar los diferentes trabajos que surgieran.
Hornillos y cocinas
Aquí no hubo diferencia ninguna, ambos, noruegos como británicos, utilizaron en su viaje al Polo Sur, los hornillos para cocinar de la marca Primus. El hornillo Primus, fue el primer quemador para cocinar de queroseno a presión que se le realizaba mediante una pequeña bomba manual. Fue desarrollado en 1892 por el sueco Frans Wilhelm Lindqvist.
Según Amundsen, durante los viajes en trineo, el hornillo Primus era superior a cualquier otra marca; “proporciona mucho calor, utiliza poco aceite y no requiere mantenimiento. Puede decirse que rozaba la perfección, pues nunca tuvimos problemas con ellos”.
Los noruegos también llevaron cinco cocinas tipo Nansen, la cuales fueron utilizadas en los viajes de aprovisionamiento desde el campo base, pero no se utilizaron en su marcha al Sur debido a que ocupaban mucho espacio no disponían de él en la tienda.
Herramientas de trabajo en hielo
Fue muy común, el utilizar diferentes tipos de herramientas para poder trabajar en el hielo. Este material iba desde sierras de diferentes tamaños (2-6 metros), hasta brocas especiales para hielo etc.
Esquíes para el Antártida
Sin duda, la utilización de esquís por parte de los noruegos unido, a que todos y cada uno de ellos sabían utilizarlos con soltura (contaban con un campeón de esquí de noruega, Olav Bjaaland), determinó la diferencia en el avance de ambas expediciones.
En el caso particular de los británicos, la utilización de esquís fue menos extendida y sus integrantes, no eran expertos en su utilización. Amundsen, sabia de sus experiencias en el ártico, que para cubrir la distancia al polo, debían hacer un uso extensivo de los esquís y de los trineos de perros. Nunca entendió ni compartió la tendencia británica a desprestigiar el uso de esta herramienta.
Los hombres de Amundsen contaban entre sus filas con Olav Bjaaland, que aparte de ser campeón de esquí, también era experto fabricante de ellos. Bjaaland, fue designado expresamente por Amundsen, para supervisar la adquisición y probar su eficacia.
Adquirieron veinte pares de esquís, todos de la mejor madera de nogal; medían casi dos metros y medio de largo y eran relativamente estrechos. La elección de esa longitud fue pensando en las numerosas grietas que deberían cruzar en los glaciares; de tal manera que cuanto mayor fuese la superficie en la que se distribuyera el peso, mayor posibilidad tendrían de deslizarse por los puentes de hielo. Adquirieron también cuarenta palos de esquí con una resistente punta de goma.
Las botas para esquiar fueron como hemos visto anteriormente, combinación blanda-rígida con fijaciones Huitfeldt y Höyer Ellefsen. Para terminar el equipo, también se llevó gran cantidad de cordones de repuesto.
Trineos y cajas de provisiones.
Al igual que la elección de los hornillos Primus fue realizada por británicos y noruegos, la elección de modelo de trineo fue exactamente la misma. Dicho modelo de trineo, era una evolución del diseñado por Nansen, elaborados por una empresa deportiva noruega.
Este nuevo modelo, era más ancho y de unos tres metros y medio de largo. Los patines estaban construidos con el mejor nogal americano, forrados por su parte inferior con acero. El resto era de fuerte fresno noruego. Cada uno de los trineos tenía dos patines de repuesto, que se podían quitar o intercambiar fácilmente por medio de abrazaderas.
La parte inferior de acero estaba recubierta con cuero rojo y el resto con alquitrán. Eran extremadamente fuertes y aptos para cualquier tipo de superficie, aunque se trataba de un modelo bastante pesado. Los británicos, no llevaron a cabo ninguna modificación al diseño original, usándolos tal y como los habían recepcionado.
Por el contrario, los noruegos a través de Olav Bjaaland, que también era un excelente carpintero, se encargó de realizar sucesivas modificaciones con el objetivo, de aligerar el peso sin perder robustez. Los trineos originales pesaban cada uno 75 kg, Bjaaland consiguió rebajar a 22 kg, es decir, menos de un tercio de su peso.
Estos detalles, marcaron de sobremanera el epílogo de ambas expediciones, puesto que los británicos tendrían que arrastrar los trineos a pie, mientras los noruegos lo harían con su tiro de perros y con trineos aligerados.
Amundsen reviso personalmente las diferentes cajas de provisiones
Otro detalle, que permite ver las claras diferencias entre la mentalidad del grupo británico y el noruego, está relacionado con la revisión y modificación de las cajas de provisiones. Amundsen, conocedor de la importancia de disponer de cajas de buena calidad, no dudo en examinar diferentes modelos antes de decidirse por uno. Amundsen buscó que el sistema de apertura de dichas cajas fuera el más rápido y eficiente a la hora de abrir y cerrar, en condiciones de temperatura de -40ºC.
De esta manera, se decantó por cajas que estaban construidas de fino pero resistente fresno, traído del estado de Palsgaard en Jutland. Las cajas medían treinta centímetros de largo, por treinta de ancho y cuarenta de alto, y sólo tenían una pequeña abertura redonda en la parte superior, cerrada con una tapa de aluminio que encajaba a presión, igual que las latas de leche. Atendiendo, que las grandes aberturas debilitan las cajas, las eligió de esta forma y tamaño.
Otra ventaja, es que no se tiene que quitar las sujeciones de la caja para destaparla:
“Una caja con tapa grande cubierta de ataduras da constantes problemas; para coger una cosa pequeña tienes que soltar todas las cuerdas y esto no es siempre conveniente”.
Roald Amundsen
En situaciones de cansancio y estrés, lo sencillo funciona
Amundsen estaba convencido que cuando se está cansado y débil, coger algo de una caja en los trineos podría suponer un gran esfuerzo. A su juicio, cuanto más manejable fuera el equipo para los trineos, antes podrías hacer la labor y como consecuencia entrar en la tienda a descansar.
A pesar de que Amundsen se había decidido por este modelo, Olav Bjaaland, decidió realizar modificaciones al modelo original, siguiendo la misma línea de acción que estaba ejecutando con los trineos: reducir peso sin perder robustez. Consiguió reducir el peso de cada caja, pasando de 9 kg a 6 kg, facilitando la logística de abastecimiento de toda la expedición.