Índice
- ¿Quiénes eran los mapuches o araucanos?
- Origen del pueblo araucano
- Religión del pueblo Mapuche
- Población
- Sociedad y Organización
- ¿Cuál era el estilo de vida mapuche?
- Actividad Económica
- Contacto con los Incas
- Bibliografía
¿Quiénes eran los mapuches o araucanos?
Los Mapuches, habitualmente llamados araucanos por los conquistadores españoles (debido a la región donde habitaban), son un pueblo nativo sudamericano que tradicionalmente han habitado las zonas centro y sur de Chile, así como el suroeste de Argentina.
Con una población aproximada de 1.950.000 personas, son la minoría étnica más grande de Chile, así como una minoría significativa en Argentina. Su lengua tradicional es el mapuche, o “mapudungún” (nombre dado por ellos mismos a su lenguaje). Originalmente practicaban exclusivamente la religión tradicional mapuche, pero hoy día, la mayoría practica el cristianismo, mayormente el catolicismo y en menor medida, el protestantismo; aunque aún quedan comunidades que practican la religión tradicional y existen numerosos casos de sincretismo entre ambas religiones.
El pueblo mapuche fue una sociedad tradicionalmente oral y un sistema de escritura no fue establecido hasta la llegada de los españoles al territorio que es hoy la República de Chile. En este artículo se tratará de abordar la organización social del pueblo mapuche en la época precolombina, haciendo frente a las diversas problemáticas que se presentan con ello, como la perdida o tergiversación de las fuentes de información debido a, como fue mencionado previamente, la cultura eminentemente oral que poseían los mapuches, por lo que no se tienen registros escritos de las costumbres mapuches antes de la conquista y los existentes son a través de la impasible mirada de los españoles. Solo se mencionarán sucesos después de la llegada de los españoles con el propósito de contextualizar a los lectores.
Origen del pueblo araucano
El mito fundacional
Según las leyendas del pueblo mapuche, la existencia comenzó después de un gran cataclismo que azotó la tierra. Fueron los sobrevivientes de esta catástrofe los que se convertirían en los primeros mapuches. Aquellos que no sobrevivieron se transformaron en rocas y en objetos de la naturaleza. El hombre, la naturaleza, la vida, la muerte, la cultura, la sociedad, objetos vivos e inertes, todos nacen de este cataclismo fundador.
En los mitos también se habla de un gran diluvio que duro 3 meses enteros, destruyó asentamientos, cosechas y mató a los animales. Los mapuches se subieron a las cordilleras, donde rezaron al dios supremo “Ngünechen” para que detuviese el diluvio, sus plegarias fueron escuchadas y el desastre se detuvo. Los mapuches que se salvaron bajaron a repoblar la tierra. Es probable que los mapuches interpretaran de esta forma mítica a los desastres naturales que comúnmente ocurren en la región, los terremotos, maremotos y erupciones volcánicas. La mayoría de la historia antigua se perdió durante la derrota mapuche ante los españoles en el siglo XIX. La derrota de la nación aniquiló recuerdos, tradiciones y sumió al pasado en el olvido, solo quedando las historias escritas por los colonizadores como única fuente de recuerdo.
Teoría científica más aceptada
Antropológicamente hablando, el origen de los mapuches es incierto y existen varias hipótesis que tratan de explicar su origen. La tesis más aceptada entre los estudiosos es la de Ricardo Latcham, de acuerdo a él, los mapuches migraron del Chaco y de la Selva Amazónica al territorio de Chile, donde impusieron sus costumbres, lenguaje, religión y cultura a la población nativa.
La teoría de Latcham fue luego expandida por Francisco Encina, apoyándose en que la cultura autóctona de los chincha-diaguita fue dividida por el medio de su territorio por una cultura invasora, lo que sugiere que las migraciones se produjeron a través de las cordilleras, por el Este. Encina también evidencia la presencia de nombres, tradiciones, apellidos de origen pampeano en la cultura mapuche, teorizando que los mapuches habitaron las Pampas en la antigüedad antes de migrar a su territorio actual.
Religión del pueblo Mapuche
La visión religiosa del pueblo mapuche se basaba en la existencia de un mundo poblado de espíritus y dioses. Sin embargo, no eran politeístas sino henoteístas, su panteón de espíritus y dioses inferiores se agrupaba bajo la existencia de un ser todopoderoso y omnipotente, creador de todos los seres vivos, llamado “Ngünechen”, quien habitaba en los planos celestiales y tenía la facultad de conceder la vida, así como quitarla. Los mapuches asociaban a esta deidad con fenómenos de la naturaleza, como los truenos, los relámpagos, el fuego, las erupciones volcánicas y los sismos.
Los mapuches también practicaban el culto a los tótems, que representaban distintos elementos de la naturaleza. Se pueden mencionar los siguientes: “huenu” (cielo), “antü” (sol), “lavquen” (mar), “lenfu” (río), “cura” (piedra) y “co” (agua). Cada tribu invocaba a su tótem particular, cuyo nombre era utilizado en los apellidos y del cual descendía de acuerdo a la alianza entre Ngünechen y el tótem.
Población
Existe consenso entre historiadores y antropólogos en considerar a la población del pueblo mapuche en un aproximado de un millón de habitantes a la llegada de los españoles. Esta estimación da lugar a ciertas presunciones, por ejemplo, significaría que el territorio estaba densamente poblado, con habitantes asentados establemente, así como también, pequeñas migraciones nomádicas ordenadas.
La existencia de un millón de habitantes en el territorio que hoy es Chile – Cordillera de los Andes, Desierto de Atacama y el Litoral – sugiere que los mapuches no eran simples aborígenes barbaros y desorganizados, al contrario, plantea la existencia de una cohesión y organización social bien estructurada. Había localidades con más densidad de población que otras. Una de las mayores concentraciones, se encontraba en la región de Arauco, en el litoral de la Cordillera de Nahuelbuta, y también en los llanos centrales. Sin embargo, las planicies y los bosques eran de menor densidad poblacional. Los lugares de concentración de población mapuche, estaban directamente ligados a la disponibilidad local de recursos que ofrecía el medio natural.
Sociedad y Organización
La sociedad mapuche antes de la llegada española, se constituía en una organización política y social en pequeños grupos de parentesco sanguíneo, usualmente patrilineales (ascendencia o descendencia por vía paterna), llamados “lof” (o tribu), su unidad social más básica y fundamental, se caracterizaban por ser patriarcales y poligámicas.
Los lofs tienen una estructura esencialmente horizontal y federada, cada lof es considerado una familia o clan familiar y está liderado por un “lonco” (jefe o cacique), cada lonco es independiente de tomar las decisiones para con su lof, que es administrado de manera autónoma, no existiendo una jurisdicción tribal mayor en tiempos de paz. La familia era el centro de la sociedad, el centro económico, y en práctica, la única estructura social permanente.
¿Cómo se dividía el trabajo?
La división del trabajo en las familias se daba de diferentes formas, ya sea, en función al sexo (las mujeres realizaban labores de horticultura y textilería) o en función a la habilidad (los ancianos se quedaban en el lof a realizar tareas caseras, mientras que los jóvenes salían a pescar en el mar o a cazar). Los alimentos se distribuían de forma comunitaria, de acuerdo a las necesidades biológicas de cada individuo.
Cada familia era amplia y en ella convivían todos los descendientes masculinos del lonco, abuelos, padres, hijos, con sus respectivas esposas. Los maridos no se mudaban al lof de su mujer, el intercambio, luego del matrimonio, seguía las leyes patrilocales; o sea, la mujer se cambiaba de lof al adoptar el de su marido. Como se profundizará en una sección posterior, la filosofía mapuche se basaba en la premisa de igualdad entre las personas, por lo que no existían diferenciaciones sociales significativas y, por lo tanto, su forma de vida no requería de sistemas de gobernanza más allá de la unidad de producción y reproducción, que era la familia.
La autoridad del lonco provenía de su posición genealógica dentro del lof. El lonco administraba los terrenos de la tribu y asignaba los campos a los matrimonios y familias, quienes utilizaban estas tierras hasta que se consumían todos los recursos. Luego de esto, el lonco reasignaba nuevas parcelas para la familia necesitada, a la espera de la recuperación de la tierra recientemente agotada. Así también, existía una tierra de reserva comunitaria, a la cual cualquier familia tenía acceso si era preciso.
Los machi
Un rol muy importante dentro de la sociedad mapuche es el asociado a las funciones religiosas y rituales. En efecto, la o el “machi” corresponde a una persona que sirve de intermediario entre la inmanencia y la trascendencia, es decir, entre el mundo presente y lo que no es visible o está más allá. Además, se trata de una persona conocedora de los denominados “lawen” (medicamentos naturales), sus respectivos usos y de los rituales de sanación implicados, por ejemplo, el llamado “machitun”. En este sentido, se considera como una autoridad en el campo espiritual y en el de la sanación.
Otros roles de gran relevancia son los de “werken” y “weupife”. Ambos relacionados al lonco y a los lofs, el primero es el hombre de confianza del lonco, su mensajero, siendo además el emisario que va a otros lofs a promover alianzas.
El weupife, por su parte, cumple la función de sabio dentro de un lof, en otras palabras, posee gran conocimiento del pasado mapuche y linaje vinculado a su lof de procedencia. Finalmente, cabe mencionar los roles de “genpin”, quien corresponde al orador oficial durante los rituales, a veces, puede coincidir con la figura del lonco, siendo en este caso llamado, “genpin lonco”
En ciertas ocasiones, la estructura social, habitualmente más horizontal, se tendió a jerarquizar, ya sea en tiempos de guerra o paz. Existían sistemas de alianza, no solo para hacer la guerra, sino también para faenas económicas (cacerías, recolección, pesca, etc.) Habían alianzas permanentes selladas por el intercambio de mujeres, también habían alianzas puntuales. Con las alianzas nace la figura del “toki”, que viene a ser un “jefe de jefes” que organizaba a las comunidades de algún determinado territorio para propósitos militares o económicos.
¿Quién mediaba en los conflictos?
Para regular conflictos y diferencias entre lofs, existía la figura del “ulmen” o gran sabio, usualmente ancianos, el ulmen tenía la potestad de hacer la paz entre grupos enfrentados, impartir justicia y dar consejo. El poder les era investido solo por las partes del conflicto y vivían su vida cotidiana como cualquier otro mapuche.
Luego de la llegada europea, los mapuches sufrieron diversos cambios en sus organizaciones sociales, en práctica, estas se complejizan para hacer frente al nuevo paradigma. Primeramente, se suceden agrupaciones de lofs, llamadas “rewe”. Nueve lofs se agrupan para formar un rewe, o “ayllarewe” (aylla: nueve en mapudungún). Los rewe se agrupan en unidades de cantidades diversas, pero siempre de acuerdo a características de afinidad cultural, parentesco sanguíneo y territorio habitado. A su vez, normalmente tres rewe se aglutinan para formar grupos sociales más grandes llamados “fütanmapu”, término entendido como “tierra grande” o “región”. Se comenzaron a formar también los denominados consejos, pero surgieron, por lo general, como forma para enfrentar amenazas y entablar contacto, belicoso o no, con los españoles.
¿Cuál era el estilo de vida mapuche?
Los mapuches cimentaban su existencia en una relación armónica de coexistencia con la naturaleza, se diferenciaban primordialmente de las demás culturas porque obtenían muchos beneficios de los abundantes recursos que les otorgaba la naturaleza, respetando el “Az-mapu” (mapudungún, “costumbres del territorio”). El az-mapu, o “conjunto de antiguas tradiciones, leyes, derechos y normas consuetudinarias” eran estrictas normas morales que regían a la sociedad mapuche. Según las leyendas, el ad-mapu fue entregado a los antepasados de los mapuches por el dios Ngünechen. Se basa primordialmente en que todos los seres son iguales y su función es la de regular los roles y relaciones entre el “Az-che” (persona mapuche) y el mundo viviente; todos los seres vivos poseen el mismo “newen” (espíritu) y no existe la subordinación entre seres vivientes.
El az-mapu, está basado en tradiciones milenarias, su forma de transmisión es oral – de personas sabias mayores a los más jóvenes – a través de los “gülam” (consejos) y de los “piam” (dichos); normalmente, se incorporan durante la vida cotidiana del lof. El az-mapu delinea al tipo ideal de az-che, sus roles y sus obligaciones dentro de la vida ritual y mundana mapuche. El az-mapu contiene un alto estándar moral, no solo con las personas en general, sino también con las divinidades, los antepasados y la naturaleza.
El az-che modelo
El az-che ideal se clasifica en las siguientes denominaciones:
- “Kimche”, ser humano sabio.
- “Norche”, ser humano justo, respetuoso y recto en su manera de actuar.
- “Kümech” hombre bondadoso, trabajador, solidario, equitativo y con bienestar económico, agradece lo que recibe devolviéndolo a los demás.
- “Newenche”, hombre con fuerza física, mental, y con seguridad personal.
Todas estas características eran deseables, poco habituales de encontrar y muy difíciles de lograr. Sin embargo, estas establecen cánones ideales a ser considerados para ocupar roles políticos y espirituales dentro de la comunidad.
Asimismo, el Az Mapu incorpora la noción de libertad individual, que está constreñida por otros dos principios: el “kiñewün”, o lo colectivo, y las normas ancestrales que dan cuenta de una guía del correcto comportamiento para lograr la armonía con todos los elementos del entorno social y natural. En la cultura mapuche, una persona está compuesta por dos factores:
- El “logko” (cabeza), donde se encuentra el “razkiwan” (pensamiento).
- El “piwke” (corazón), donde se encuentra el “zugu” (sentimiento). El razkiwan y el zugu son los elementos que hacen a las personas ser conscientes de sí mismas, de su identidad y de sus responsabilidades con los demás.
Actividad Económica
El pueblo mapuche antes de la conquista, basaba su supervivencia en una economía de subsistencia o mixta de horticultura, recolección y ganadería complementada por la caza habitual de animales autóctonos.
Un sistema protoagrario
Los mapuches se encontraban en un estado de desarrollo protoagrario, poseían conocimiento sobre la reproducción de ciertas especies vegetales a pequeña escala, pero aún no habían desarrollado propiamente la práctica agricultora. El avance de la tecnología agrícola variaba entre los distintos lofs mapuches dependiendo de su situación geográfica.
Los mapuches del norte y centro de Chile, bajo influencia incaica, ya empezaban a desarrollar la agricultura; por otro lado, los mapuches del sur, aún desconocían estas técnicas y obtenían sus alimentos por medio de la horticultura a pequeña escala en los húmedos “claros de bosque”. Fue gracias a la fertilidad y abundantes lluvias del sur, que los mapuches de la zona lograron realizar distintas prácticas hortícolas con gran productividad y eficiencia, aún sin tecnología avanzada; lo que también explica el alto nivel poblacional que experimentaban, un habitante por kilómetro cuadrado en un territorio de quinientos mil kilómetros.
El piñón, elemento fundamental
El piñón era la principal fuente de harina de los mapuches y era la base de su dieta, el ambiente montañoso de las cordilleras – como se sabe, el piñón solo puede crecer por encima de los 600 metros por sobre el nivel mar y crece en temporadas especificas – propiciaba un desarrollo natural y abundante de este fruto seco. Usualmente, los mapuches almacenaban los piñones en las épocas de cosecha y utilizaban el tiempo libre para dedicarse a otras actividades.
La ganadería de chilihueques, aunque muy extendida, era un régimen de crianza doméstica y de autoconsumo, aparentemente sin existencia de intercambios comerciales en el rubro.
La caza otro pilar para la subsistencia mapuche
Junto a la crianza doméstica, la caza era otra actividad económica importante, se llevaban a cabo cacerías de los animales de los valles y las cordilleras. Se ha señalado la existencia de auquénidos o hueques que no eran domesticados, los cuales eran denominados con el nombre genérico de “‘llamas”, o “guanacos”. El huemul era otro animal preferido para cazar.
Con “quiltros” (sabuesos) se cazaba a los temibles “pangui” (pumas). Utilizaban trampas como el lazo de corredera que aprisiona la pata del animal, conocido hasta el día de hoy en toda la República de Chile como “‘huachi”. Asimismo, se utilizaban trampas para pájaros y aves de todo tipo, que servían de sustento. Los bordes de las lagunas y vegas eran privilegiados en este tipo de actividad. El perro, al parecer había adquirido una importancia en las cacerías diarias, y se lo domesticaba.
Por otro lado, la pesca era otra actividad de mucha importancia para los mapuches – poseían todo tipo de anzuelos y herramientas – el mar correspondía una importante fuente de moluscos, algas y peces, mientras que los lagos – además de peces – abastecían con importantes cantidades de aves, como ya se ha mencionado previamente. El cuero de lobos marinos era utilizado para fabricar pecheras de defensa, utensilios y bolsas de recolección. Contaban con botes de hasta treinta remeros con los que se desplazaban fluidamente por el litoral y realizaban incursiones en las islas cercanas.
Contacto con los Incas
El pueblo mapuche ya tenía conocimiento de la existencia de la civilización incaica, debido a que los gobernantes de Cuzco empezaron a expandir su territorio en el norte de Chile, causando migraciones de los mapuches del norte hacía el sur. El distrito inca que corresponde a lo que es hoy el norte de Chile era llamado “Qullasuyo” (tierra de los sabios).
Las tierras delimitadas por el río Maule fueron la frontera sur del poderoso Imperio Inca. Llegaron a las orillas del río aproximadamente en el siglo XV, doscientos años después de haber colonizado el norte, el desierto de Atacama, Arica y Coquimbo, que estaba habitado principalmente por atacameños y diaguitas, pero también por algunos lofs mapuches. Luego de haber sometido al norte e incluirlo en su imperio, el ejercito inca, bajo las órdenes de Túpac Inca Yupanqui, trataron de expandir las fronteras del imperio al sur del río Maule debido a la riqueza de los recursos naturales de la región. Cuentan las crónicas, se encontraron con un ejército mapuche que les impidió el paso.
El choque en el río Maule
El cronista, Garcilazo de la Vega escribió que, hacia 1485, un grupo de veinte mil incas recibió la indicación de cruzar el río Maule, pero sin éxito, ya que se encontraron con la resistencia de un ejército mapuche. Los incas intentaron por la vía diplomática y les ofrecieron someterse, pero los mapuches declinaron la oferta y dieron una feroz resistencia. Fueron meses de sangrientas batallas, hasta que Túpac Inca Yupanqui dio la orden de detener las campañas de conquista.
Es de esta forma que los mapuches hicieron frente a uno de los más grandes imperios que la América precolombina haya visto. Es así, como el río Maule se convirtió en la frontera más austral del imperio inca, luego de la derrota en la batalla de Maule, nunca más trataron de adentrarse en territorio mapuche.
Bibliografía
Biblioteca Nacional de Chile. “La familia mapuche (1536-1900).” Memoria Chilena, http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-689.html
“Organización Social Mapuche, su base, conducción y transcendencia.” , https://www.cultura10.org/mapuche/organizacion-social/
Bengoa, José. “Historia del Pueblo Mapuche, Siglo XIX y XX.” Lom Ediciones, 1985,
http://www.sitiosur.cl/r.php?id=124.
Icarito. “Religión Mapuche.”,
La religión mapuche y sus dioses
Leon, Leonardo. “Expansión Inca y Resistencia Indígena En Chile, 1470-1536.” Chungara: Revista de Antropología Chilena, no. 10, Universidad de Tarapaca, 1983, pp. 95–115, http://www.jstor.org/stable/27801769.