- Introducción
- Orígenes y linaje de Francisco Pizarro
- El mito del criador de cerdos
- Refutación histórica del mito
- La realidad sobre la juventud de Pizarro
- Conclusión
Introducción
Francisco Pizarro es una de las figuras más emblemáticas y controvertidas de la historia del Perú. Como conquistador del Imperio Inca, su legado ha sido objeto de múltiples interpretaciones y debates. Uno de los mitos más persistentes es el que lo describe como un humilde criador de cerdos antes de su llegada al Nuevo Mundo. Pero, ¿qué tan cierta es esta afirmación? En este artículo, exploraremos los orígenes de este mito y aportaremos evidencia histórica para aclarar la verdad detrás de la vida temprana de Pizarro.
Orígenes y linaje de Francisco Pizarro
Francisco Pizarro nació alrededor de 1478 en Trujillo, Extremadura, España. Fue hijo ilegítimo de Gonzalo Pizarro y Rodríguez de Aguilar, un militar de cierta reputación, y Francisca González Mateos, conocida como “la Ropera” debido a que su familia comerciaba con ropa usada para complementar sus ingresos.
A pesar de su nacimiento fuera del matrimonio, Pizarro heredó la hidalguía a través de su padre, ya que, según las leyes de la época, la nobleza se transmitía por línea paterna. Esto significa que, legalmente, Pizarro era considerado hidalgo, aunque su crianza fue humilde y alejada de los privilegios de la nobleza.
El mito del criador de cerdos
La leyenda que presenta a Francisco Pizarro como un criador de cerdos tiene sus raíces en las crónicas de ciertos historiadores de la época, especialmente Francisco López de Gómara. Gómara, quien era capellán y cronista de Hernán Cortés, mostró una evidente inclinación por ensalzar las hazañas de Cortés a expensas de otros conquistadores.
En sus escritos, Gómara afirmó que Pizarro había sido abandonado en la puerta de una iglesia y amamantado por una cerda, una historia claramente inverosímil y cargada de intención difamatoria. Además, lo describió como un pastor de cerdos que, tras perder su piara, huyó de Trujillo por temor al castigo.
Gonzalo Fernández de Oviedo, otro cronista contemporáneo, también contribuyó a esta imagen negativa de Pizarro. Sin embargo, es importante señalar que Oviedo tenía motivos personales para desprestigiarlo, ya que su hijo había muerto en una expedición liderada por Diego de Almagro, aliado y luego rival de Pizarro.
Refutación histórica del mito
Historiadores modernos y rigurosos han refutado estas afirmaciones. Raúl Porras Barrenechea, destacado historiador peruano, argumenta que estas historias forman parte de una “corriente tergiversadora” destinada a minimizar los logros de Pizarro. Según Porras, Gómara buscaba ensalzar a Cortés y veía en Pizarro una sombra que opacaba la gloria de su patrón.
José Antonio del Busto, reconocido biógrafo de Pizarro, señala que no existe evidencia documental que respalde la idea de que Pizarro fuera un criador de cerdos. Del Busto sugiere que, en el peor de los casos, Pizarro pudo haber trabajado como labrador, una ocupación común y honrosa en su contexto social.
Edwin Greenish, en su obra “Francisco Pizarro: evidencias históricas y bioarqueológicas”, enfatiza que aunque Pizarro tuvo una infancia marcada por privaciones y careció de educación formal, no hay registros fiables que lo identifiquen como pastor de cerdos.
La realidad sobre la juventud de Pizarro
La mayoría de los historiadores coinciden en que Pizarro tuvo una infancia humilde y que probablemente trabajó en labores agrícolas. Su falta de educación formal y su condición de hijo ilegítimo pudieron limitar sus oportunidades en España, lo que explica su decisión de buscar fortuna en el Nuevo Mundo.
Es posible que Pizarro sirviera como soldado antes de embarcarse hacia América, ya que este era un camino común para jóvenes de origen humilde que buscaban ascender socialmente. Su valentía, determinación y habilidades militares quedaron demostradas en sus posteriores campañas en el Perú.
Conclusión
El mito de Francisco Pizarro como criador de cerdos carece de fundamento histórico y parece ser el resultado de intentos deliberados de menoscabar su figura. Si bien es cierto que provenía de un origen humilde y enfrentó numerosas dificultades en su juventud, no hay evidencia que respalde las historias difamatorias propagadas por algunos cronistas de su tiempo.
Reconocer la verdadera historia de Pizarro nos permite entender mejor el contexto y las complejidades de la conquista del Perú y forja de la hispanidad. Más allá de los mitos y leyendas, es fundamental analizar los hechos con objetividad para apreciar el impacto que tuvo en la formación del Perú moderno y mestizo.