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Tras la última frontera

Vicente Yáñez Pinzón, no sólo descubrí Brasil

Vicente Yáñez Pinzón fue un marino español nacido alrededor de 1461-1462 en Palos de la Frontera, Huelva, y fallecido en Sevilla en septiembre de 1514. Es conocido por su participación en el viaje del Descubrimiento del Nuevo Mundo, en el que capitaneó la carabela Niña junto a su hermano Martín.

  1. Biografía de Vicente Yáñez Pinzón
  2. Vicente Yáñez el capitán de la Niña
  3. La vida y exploraciones de Vicente Yáñez Pinzón
  4. La expedición de Vicente Yáñez Pinzón
  5. Pinzón llega al río Orinoco
  6. En busca del camino a oriente
  7. La muerte de Vicente Yáñez Pinzón

Biografía de Vicente Yáñez Pinzón

Vicente Yáñez Pinzón era hijo de Martín Alonso Pinzón y del alcalde Vicente. Tuvo otros dos hermanos, uno menor, Francisco Martín Pinzón, y otro mayor, Martín Alonso Pinzón. Alice Gould escribe sobre los orígenes de esta familia, que podría tener sus raíces en Aragón o en las montañas castellanas. Lo cierto es que estaba bien establecida en la ciudad de Palos en la época del descubrimiento del Nuevo Mundo.

La tradición familiar era larga y siempre dedicada al mar, por lo que Vicente navegó de niño en las carabelas familiares. Aunque apenas trabajó con su padre debido a la prematura muerte de éste, sí lo hizo con su hermano, primero como marinero de cubierta y más tarde como marinero, aprendiendo el oficio marinero de Martín Alonso.

Pinzón se casó con Teresa Rodríguez, con la que tuvo dos hijas: Ana Rodríguez y Juana González, comúnmente llamadas “las Pinzonas”. Se cuenta que Ana, la mayor, se casó con García Álvarez y vivió en el barrio sevillano de Triana; Juana se casó con Alfonso Núñez Tenorio y vivió en San Juan del Puerto. Tras regresar de su viaje con Solís a las profundidades del Caribe en 1509, Vicente Yáñez se casó de nuevo, esta vez con Ana Núñez de Trujillo, con quien vivió en Sevilla hasta el final de su vida.

Yáñez Pinzón se inicia en el mundo del comercio marítimo

Siguiendo las costumbres familiares, la vida de Vicente Yáñez se dedicó al comercio marítimo. Pronto se enroló en una nave al mando de su hermano Martín Alonso y su nombre aparece mencionado por primera vez en un documento sobre piratería de 1477, donde se lee: “Vicens Anes Pinsón, de la vila de Pals”, lo que le vincula a una serie de atropellos y robos en la costa catalana por parte de tres carabelas castellanas al mando de Diego de Mora de Sevilla.

En el transcurso de estas aventuras, vivió otros episodios definidos como piratería, como el viaje que realizó en 1478 con su hermano Martín en la carabela La Condesa hasta el centro del Mediterráneo español, donde capturaron una nave llamada Vallener, cargada de grano y otras mercancías, fletada por habitantes de Ibiza.

Vicente Yáñez el capitán de la Niña

Una vez más, la figura de Vicente Yáñez aparece vinculada al viaje de descubrimiento del Nuevo Mundo de 1492, acontecimiento en el que su hermano Martín tuvo un papel más importante pero activo como capitán de una de las carabelas, la Niña.

Para reconstruir la actuación de este Pinzón en el viaje del descubrimiento de América de 1492, debemos remitirnos a la actuación de su hermano Martín Alonso, bajo cuya autoridad y dirección actuó siempre. Más bien, hay que destacar los momentos en los que Vicente Yáñez estuvo separado de su hermano y, por tanto, tuvo que tomar las decisiones -sobre todo náuticas- que consideró necesarias.

Cabe destacar que el 3 de agosto de 1492 Vicente Yáñez zarpó del puerto de Palos en su carabela Niña, junto con la Santa María de Colón y la Pinta de su hermano mayor Martín. Viajó con la flotilla hasta las Islas Canarias, donde llegaron el día 9, y permaneció en el archipiélago hasta el 9 de septiembre, cuando la flotilla zarpó hacia el oeste en alta mar.

Vicente fue testigo directo de todas las vicisitudes del viaje y ayudó a su hermano Martín Alonso a sofocar las revueltas contra Cristóbal Colón que la larga estancia en el mar había impulsado a los marineros. Pinzón estuvo presente en la ceremonia de toma de posesión de la isla de San Salvador el 12 de octubre.

Retrato de Cristóbal Colón
Retrato de Cristóbal Colón

Él y sus hermanos portaban una bandera con una cruz verde y una F y una Y coronadas sobre el signo cristiano, a modo de estandartes reales, según el protocolo de la ceremonia. En los días siguientes al descubrimiento, Yáñez siguió las órdenes dadas por Colón para descubrir la región.

Problemas en el paraíso

Los miembros de la Armada pasaron de la admiración al asombro ante la belleza de la tierra, pero surgieron algunos problemas debido a la desorientación causada por las acciones de Colón. Esto provocó malestar entre la población, aunque en Niña este sentimiento no era tan fuerte, ya que las costumbres a bordo seguían siendo similares a las españolas y se permitía a los hombres extorsionar a los lugareños para obtener rescates y hacer trueques de bienes.

En este punto de la misión, dos acontecimientos sacudieron la vida de Vicente Yáñez: en primer lugar, la separación de la carabela Pinta, comandada por su hermano, lo que implicó una actitud sombría por parte de Colón y dificultó la convivencia; en segundo lugar, la pérdida de la Santa María en Nochebuena en la isla de La Española. Esta desgracia obligó a Yáñez a compartir el espacio de su pequeña carabela con los náufragos y a ceder el mando a Colón. Este último punto requeriría un estudio más profundo, pero cabe mencionar que debió de ser embarazoso para Vicente, que tuvo que soportar la presencia constante de los genoveses y sus constantes quejas sobre la actuación de su hermano Martín.

Este periodo de tensión terminó el 6 de enero de 1493 con el regreso de Martín Alonso y la elaboración del plan para su vuelta. Sin embargo, la situación volvió a repetirse en alta mar, concretamente el 14 de febrero, cuando las dos carabelas se separaron por los efectos de una gran tormenta. A partir de ese momento, Yáñez Pinzón observó cómo crecía la tensión entre los tripulantes por el temor a zozobrar y porque no había noticias de la carabela Pinta, que podría haber naufragado con sus dos hermanos.

Llegan a la isla de Santa María

Finalmente, el 18 de febrero avistaron la isla de Santa María, en el archipiélago de las Azores, y la esperanza volvió a la tripulación. Se produjeron los habituales contratiempos con los portugueses y, finalmente, Colón y Vicente Yáñez se dirigieron a tierra firme, enfrentándose de nuevo a feroces tormentas. Agotados por las persistentes tormentas, avistaron tierra frente a la roca de Çintra el 4 de marzo y, navegando a lo largo de la costa, llegaron al puerto de Lisboa.

Se salvaron, aunque Vicente Yáñez temía lo que pudiera ocurrirle a la carabela de su hermano, la Pinta. Pinzón pasó esta última etapa del viaje en Portugal y no se sabe qué papel desempeñó en las conversaciones de Colón con Juan II.

Lo único que se sabe es que salió de Lisboa el 13 de marzo para llegar al puerto español de Palos, según las órdenes recibidas. No hay noticias de este último viaje; lo único que se sabe es que la carabela entró en el puerto el 15 de marzo, el mismo día que la carabela Pinta de su hermano Martín Alonso Pinzón. La zozobra había terminado y era hora de hacer balance.

Sin embargo, el esperado enfrentamiento entre la familia Pinzón y Colón no se produjo porque su hermano murió prematuramente en La Rábida y porque Vicente Yáñez desapareció del horizonte de la organización del segundo viaje.

La vida y exploraciones de Vicente Yáñez Pinzón

Los primeros años de Vicente Yáñez Pinzón

Se desconoce el motivo de esta aparente separación del joven Pinzón de la carrera hacia el Nuevo Mundo; sólo se sabe que se había instalado en Barcelona a mediados de 1493. Allí recibió de los Reyes Católicos 34.000 maravedís en cuatro plazos, pagados en Barcelona -hecho que recuerda los salarios pagados a Colón antes de su descubrimiento, cuando estaba en la corte-. Esta acción real puede considerarse como un pago de mantenimiento concedido a los pilotos de reserva. Es probable que el rey y la reina mantuvieran a Pinzón como seguro de conocimiento de la ruta del descubrimiento en caso de que Colón tuviera dificultades.

La misión privada e íntima de Vicente Yáñez Pinzón

Mientras tanto, en 1494, los Reyes Católicos habían encomendado a Vicente Yáñez una interesante misión privada e íntima “al este” del Mediterráneo, relacionada con las actividades españolas en Nápoles y Sicilia. Pinzón mandaba una flotilla de dos carabelas: la Vicente Yáñez, de 47 toneladas, y la Frayla, de 50 toneladas. Palermo recibía un salario anual de 20.000 maravedís como capitán único.

La rendición de Yáñez Pinzón en Sevilla

Como parte de la nueva política de descubrimientos dirigida por Juan Rodríguez de Fonseca, el 6 de junio de 1499 Vicente Yáñez Pinzón y su familia firmaron una rendición en Sevilla para viajar hacia el oeste y llegar a Maluco. Los Pinzón querían aprovechar la oportunidad que ofrecía la tensa situación política entre las dos coronas ibéricas, por lo que trajeron el capital familiar para agilizar todos los trámites burocráticos y facilitar la partida.

El viaje de Vicente Yáñez Pinzón hacia el oeste

Vicente Yáñez Pinzón partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda a principios de diciembre de 1499, precediendo a Diego de Lepe, que tenía el mismo objetivo, con órdenes de navegar hacia Catai y Cipango. Viajaban con Pinzón como capitanes su hermano Diego Martín, su sobrino Arias Pérez, hijo de Martín Alonso, y Diego Fernández Colmenero.

Vicente Yáñez Pinzón y su tripulación

También contaba con una nutrida tripulación de marineros encabezada por los timoneles Juan de Xerez, Juan de Umbría y Juan de Quintero, que mandaban un grupo de marineros como : Pedro Mendel, Cristóbal de Vega, Diego de Alfaro, Pedro Ledesma, Bartolomé Martín, Manuel de Valdovinos, Pero Ramírez, Juan de Palencia, García Fernández, Antón Fernández Colmenero, Diego Prieto Juan Calvo, García Ferrando (Hernando) de Palos Fisico, Juan Martín, Francisco Martín y otros desconocidos para un total de unos sesenta y cinco hombres. Todos o casi todos estos tripulantes eran expertos en las nuevas rutas, por haber participado ya en estos viajes.

La expedición de Vicente Yáñez Pinzón

Esta buena tripulación, estrechamente unida por lazos familiares, se complementaba con cuatro carabelas de poco calado, muy adecuadas para la labor de descubrimiento. También disponían de dinero suficiente para un largo viaje, procedente en su totalidad de la familia Pinzón. Parece que la intención de estos Palermos era llevar a cabo la idea que Colón no había podido realizar en su primer y tercer viaje.

Retrato de Vicente Yáñez Pinzón
Retrato de Vicente Yáñez Pinzón

La ruta de Vicente Yáñez Pinzón hacia Cabo Verde

El año 1499 tocaba a su fin y toda Sevilla contemplaba las cuatro carabelas listas para zarpar con sus hombres. Cuando zarparon de la ciudad de Sanlúcar, Vicente Yáñez Pinzón, capitán mayor de toda la flotilla, les ordenó dirigirse al suroeste, hacia las Islas Canarias. A los pocos días avistaron las islas, que, según el testigo Pedro Ramírez, pasaron a toda prisa. En esta ocasión, la flota no siguió la ruta de los alisios, sino que Pinzón les ordenó navegar hacia el sur, hacia el archipiélago portugués de Cabo Verde, más concretamente hacia la isla de Santiago, donde pretendía pasar las fiestas navideñas. Esta decisión era importante porque suponía navegar por aguas reservadas a Portugal en virtud del Tratado de Tordesillas. Esto implicaba un alto grado de secretismo, al menos en lo que se refería a la ruta y los destinos de la flota.

La travesía del Océano Atlántico

El capitán general de la flota, Vicente Yáñez, ordenó la salida de la isla de Santiago el 13 de enero de 1500. Su intención y plan secreto para el viaje era una larga travesía del Océano Atlántico hasta China. La ruta elegida para su flotilla fue la del suroeste, que les llevó 300 millas mar adentro. Navegaron cómodamente hasta que una tormenta tropical se abatió sobre ellos y los llevó a una latitud en la que ya no podían ver la Estrella Polar. Según Max Justo Güedes, a unos 5 grados de latitud norte y 33 grados de longitud oeste. Tras el paso de la tormenta, la flota se encontró en la zona sin viento.

En esta región, el régimen de vientos dificulta los desplazamientos, y la flota navegó hasta alcanzar aproximadamente 1 grado de latitud norte. Desde este punto siguieron los bordes del alisio del sureste, que les llevó 240 millas más lejos, y el 24 de enero de 1500 avistaron un promontorio a 540 millas de Cabo Verde. Le dieron el nombre de Consolação. Sin embargo, algunos afirmaron que se llamaba Rostro Hermoso y Pinzón le dio el nombre de Cabo Santa María. Estos nombres denotan un lugar único que respetados exploradores como Capistrano de Abreu, Güedes, identificaron como Ponto Macuripe.

Yáñez Pinzón descubre Brasil

A medida que Pinzón navegaba, los capitanes y pilotos ponían estos lugares en las cartas náuticas, los dibujaban y escribían los nombres que les daban, como si los estuvieran bautizando. Se les conoce como Cabo Santa María, Río Fermoso, Playa de Arena, Isla de Baciabarriles, Río do se encuentra una Cruz, Bahía San Marcos, etc., hasta llegar al ecuador, donde encontraron un fenómeno extraordinario, como era la presencia de agua dulce a 30 millas mar adentro.

Esto se debía a la desembocadura de un fantástico río al que llamaron Río Grande. Era la bahía de San Marcos. En la desembocadura de este río entraba toda la flota y remontaba la corriente. Pescaron un atún o un marrajo y, mientras estaban allí fondeados, una gran ola los levantó cuatro brazas.

Pinzón y sus hombres partieron de la actual bahía de San Marcos y continuaron por la costa, remontando otro gran río de agua dulce, el actual Pará, que cruzaron al ver a Diego de Lepe. Sin embargo, sólo entraron y reconocieron el archipiélago cuando llegaron a la desembocadura del Amazonas.

Casualmente, la costa brasileña al noroeste de la actual Amazonia también fue descubierta por Pinzón, lo que convierte a los dos paleños en codescubridores de Brasil en el momento y lugar adecuados. Si bien la gloría iría para Yáñez:

Conviene a saber: en remuneración de los seruicios e gastos e los daños que se vos recrecieron en el dicho viaje, vos el dicho Bicente Yáñes, quanto nuestra merced e voluntad fuere, seades nuestro Capitán e Governador de las dichas tierras de suso nonbradas, desde la dicha punta de Santa María de la Consolación seguyendo la costa fasta Rostro Fermoso, e de allí toda la costa que se corre al Norueste hasta el dicho río que vos possistes nonbre Santa María de la Mar Dulce, con las yslas questán a la boca del dicho río, que se nonbra Mariatanbalo; el qual dicho oficio e cargo de Capitán e Governador podades vsar e exercer e vsedes e exercedes por vos o por quien vuestro poder oviere, con todas las cosas anexas e concernientes al dicho cargo, segund que lo vsan e lo pueden e deven usar los otros nuestros capitanes e governadores de las semejantes yslas e tierra nuevamente descubiertas.

 Pedro Mártir de Anglería

Nada más llegar a las costas del actual Brasil, las dos flotas zarparon en busca del otro. Las naves de Vicente Yáñez Pinzón siguieron la ruta tras pasar Lepe por el río Pará y fueron las primeras en llegar a las zonas que Alonso de Ojeda, Juan de la Cosa y Américo Vespucio habían descubierto unos meses antes.

Alonso de Ojeda desembarcando en el Nuevo Mundo

Pinzón llega al río Orinoco

Pinzón llegó al Orinoco y entró en sus aguas por la desembocadura sur para cargar tres mil libras de secoya. Pocos días después llegó Diego de Lepe e hizo lo mismo, lo que permitió a los dos capitanes encontrarse en este majestuoso río y formar un ejército de seis carabelas, la mayoría de ellas con hombres de Palos.

A principios de mayo de 1500, ya en alta mar, continuaron por la isla de Trinidad, la isla de Mayo, las islas de Barlovento hasta la isla de Guadalupe y ambos ejércitos llegaron juntos a la isla de San Juan de Puerto Rico.

La flotilla de Vicente Yáñez Pinzón, compuesta por cuatro carabelas, no estaba dispuesta a regresar a España con el poco cargamento que llevaban, ya que ello hubiera supuesto la ruina de un negocio familiar.

Por ello, Pinzón decidió zarpar de San Juan rumbo a las regiones del Caribe, que conocían desde su primer viaje con Colón en 1492, y tratar de salvar, comerciar y cargar todo lo posible para evitar la bancarrota.

Huyendo de la bancarrota, encuentran la tormenta

Con este objetivo, partieron de la isla de Puerto Rico hacia la isla de La Española y desembarcaron en su región nororiental.

Hay poca información concreta sobre la ruta de Pinzón y sus cuatro carabelas hacia estas regiones descubiertas durante el primer viaje de Cristóbal Colón, sólo la información proporcionada por Anglería y el testimonio de un testigo en el juicio.

Se trata de un tal Pedro Ramírez, compañero de Pinzón, que da cuenta del viaje y afirma que desde la isla de Mayo ‘hicieron un viaje a la isla de Guadalupe, donde hay once mil vírgenes, y de allí navegaron a San Juan, y de San Juan fueron a Isabela, y de allí navegaron a otra isla llamada Samana y a otra Someto y a otra Maguana’.

Martire d’Anglería añade a esta información que en julio sufrieron una gran tormenta que hizo zozobrar dos carabelas y casi ahogar a otra, causando grandes daños a la cuarta.

El cronista italiano relata que la situación era tan desesperada que los supervivientes de la cuarta nave, que estaban en tierra y sufrían el temporal, pensaron en construir refugios para vivir como náufragos y desafiar los peligros de la zona. No se sabe con exactitud dónde se encontraban en el momento de la tormenta, en qué isla estaban y en qué dirección se dirigían.

Retrato de Juan de la Cosa

Otra fuente, en este caso cartográfica y correspondiente al mapa de Juan de la Cosa, muestra la ruta por esta parte del Caribe marcada con banderas. El propio Vicente Yáñez se vio obligado a dar esta información sobre las aventuras de Pinzón en el Caribe después de septiembre de 1500, pues Lepe ya no estaba con ellos sino que había regresado a Castilla.

Esta información es crucial para localizar a Vicente Yáñez en España antes de 1501 y antes de la realización del cuadro del mapamundi de Juan de la Cosa.

Mapamundi de Juan de la cosa en el que se muestran el mundo tal y como era conocido en el siglo XVI, además incluye los descubrimientos de Vicente Yáñez Pinzón.
Mapamundi de Juan de la Cosa

De regreso a la península

Tras recuperarse de la pérdida de las dos carabelas y rehacerse lo mejor que pudieron, decidieron regresar inmediatamente a Castilla y llegaron al puerto de Palos el 30 de septiembre de 1500, hambrientos y en muy mal estado físico.

A su regreso, Vicente fue honrado por el rey católico, que le nombró caballero en reconocimiento al valor y los esfuerzos de los valientes palermitanos. El acto de introducción en la nobleza castellana tuvo lugar el 8 de agosto de 1501 en la Alhambra de Granada, en la torre de los Comares. Pinzón dijo al rey “que sabía lo bien que le había servido en las guerras pasadas, especialmente en el descubrimiento de la India”.

La ceremonia fue bastante glamurosa: el rey golpeó a Pinzón en los hombros con la espada que llevaba en la vaina. El nombramiento conllevaba una serie de ventajas, como la exención de impuestos, que le equiparaba a los demás caballeros del rey, además de este privilegio para él y sus descendientes; la promoción social que conllevaba y la posibilidad de ascender a los más altos cargos navales.

El siguiente paso importante en la vida de Pinzón fue su presencia en Burgos, donde se celebró la asamblea general de los pilotos en marzo de 1508. Tras esta reunión, se decidió viajar a Épices. El documento para el viaje está fechado en Burgos el 23 de marzo de 1508 y fue otorgado conjuntamente a Pinzón y Solís. La entrega, firmada y aceptada, contenía el encargo de encontrar el camino a Oriente por Occidente.

En busca del camino a oriente

Acompañaba a la expedición el célebre piloto Pedro de Ledesma, que había acompañado a Colón en su cuarto y último viaje y que, por tanto, debía estar familiarizado con las tierras descubiertas en la costa centroamericana.

Según el profesor Ramón Ezquerra, el coste de esta expedición fue de 1.780.863 maravedíes. Los barcos eran el San Benito al mando de Vicente Yáñez y la Magdalena al mando de Díaz de Solís. Se desconoce la fecha de partida, pero Navarrete baraja el 29 de junio de 1508.

La información disponible sobre la ruta por aguas americanas es escasa y contradictoria. La cartografía debería ayudar; se cree que la ruta de este viaje fue la descrita por el piloto de este viaje, Pedro de Ledesma, quien declaró en un juicio colombiano: ‘Habéis descubierto frente a la tierra de Veragua, a un lado de la ruta del norte, todo lo que se ha ganado hasta hoy (1513) desde la isla de Guanaja hacia el norte, y que estas tierras se llaman Chavañin y Pintigua y se alcanzan por la ruta del norte a veintitrés grados y medio…’.

Se cree que, tras llegar de España, los expedicionarios hicieron una visita a Fray Nicolás de Ovando, gobernador de La Española, y desde allí partieron hacia las islas de Guanaja. Así surgió el plan de dirigirse a Catai. La flotilla Pinzón-Solís bordeó la costa sureste de la península de Yucatán y entró en el Golfo de México, navegando a 23º.30′.

Vicente Pinzón informa en las Probanzas de 1513 que: ‘de la isla de Guanaxa a la provincia de Camarona; por la costa de Luengo hacia el oriente otra provincia llamada Chabañin y Pintigua, que descubrieron este testigo y Juan Solís, y que también descubrieron por la costa de Luengo una gran bahía que llamaron Gran baya de la Navidad, y que de allí descubrió este testigo las Sierras de Carya y otras tierras más atrás, y que ni el dicho Colón ni otro alguno llegó a estas provincias’.

La región recorrida en este viaje se encontraría en el primer mapa impreso de América publicado por Anglería en sus Décadas, escrito por Fonseca y fechado en 1514; intentaremos extraer un esbozo del mismo para reconstruir el viaje.

Solís-Pinzón llegaron a Santo Domingo a su regreso en mayo de 1509, donde tuvieron algunas dificultades con el gobernador, fray Nicolás de Ovando, que registró su armada y se llevó a algunos indios que supuestamente habían tomado como lenguas. Pocos días después, los dos capitanes partieron hacia España, donde, según la nómina de Vicente Yáñez, llegaron el 29 de agosto de 1509, ya que hasta entonces le habían pagado por sus servicios a la Corona.

El expediente de la expedición fue juzgado negativo por el tribunal y Solís y Pinzón fueron demandados. El juicio debía establecer si habían cumplido con la entrega, ya que había sospechas razonables de que habían llevado asuntos privados durante la expedición patrocinada por la Corona. En un principio fueron arrestados, pero después de que Ledesma enviara a Guaninas a Valladolid, donde se encontraba el Rey, el proceso se resolvió favorablemente y Don Fernando ordenó a la Casa de la Contratación que contratara a Pinzón, mientras que Ledesma fue nombrado piloto de la Casa de la Contratación.

El regreso de su viaje al Caribe y la real cédula del rey Fernando de 8 de abril de 1510, agradeciendo a Pinzón su labor, marcaron la última etapa de su vida. En este periodo se celebra su segundo matrimonio con Ana Núñez, contraído en Sevilla en el verano de 1509, y se traslada al Colegio de San Salvador. Vivió en Sevilla en torno a la Casa de la Contratación y fue testigo del auge del comercio indiano. En 1510 Pinzón estaba al servicio de la institución sevillana y realizaba viajes económicos a Madrid.

La muerte de Vicente Yáñez Pinzón

Al año siguiente intervino en el problema de espionaje del portugués Alonso Álvares y en 1512 se encargó de los asuntos económicos de éste en relación con la hacienda sevillana. Cuando se reanudaron los juicios a Colón, fue llamado como testigo en el de 1513, donde respondió a preguntas sobre el tercer viaje de Colón.

En 1514 debía realizar un viaje organizado por la Corona y dirigido por Pedrarias Dávila. El rey Fernando el Católico le pidió personalmente que ayudara a esta armada con sus conocimientos y Pinzón accedió. Participó en los preparativos del viaje y preparó la carabela Santi Spiritus, de la que era capitán. Sin embargo, al llegar a la costa y antes de la partida definitiva, se sintió enfermo y se lo comunicó al rey, que le pidió que no embarcara en una carta fechada el 14 de marzo de 1514. Fue sustituido por Rodrigo Yáñez y Pinzón se estableció en Sevilla, donde murió en septiembre de 1514 en su casa de la calle Sola del Marino, en el barrio de Triana.