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Tras la última frontera

Diego de Mazariegos: Conquistador y Fundador de Chiapa de Corzo y San Cristóbal de las Casas

  1. Contexto Histórico: La Conquista de Chiapas y Centroamérica
  2. Diego de Mazariegos en el Proyecto de Cortés
  3. La Conquista de Chiapas y la Fundación de Ciudades
    1. La Batalla de Tepechtía
    2. Fundación de Chiapa de Corzo
    3. Fundación de San Cristóbal de las Casas
  4. Carrera Posterior: Gobernador de Cuba y Venezuela
  5. Relación con Otros Conquistadores
  6. Legado y Significado Histórico
    1. Conclusión

Diego de Mazariegos, originario de Ciudad Real, España, nació en 1501 y destacó como uno de los conquistadores españoles que marcó la historia del actual territorio de Chiapas, México. Fue un personaje clave en la consolidación del dominio español en las tierras altas de Centroamérica, enfrentando desafíos tanto militares como administrativos. Su legado incluye la fundación de importantes ciudades y su papel como gobernador en varias regiones estratégicas del Imperio Español.

Retrato en acuarela de Diego de Mazariegos

Contexto Histórico: La Conquista de Chiapas y Centroamérica

En las primeras décadas del siglo XVI, la expansión española en América Central estaba en pleno apogeo. Bajo la dirección de figuras como Hernán Cortés, el Imperio Español había consolidado su poder en México y buscaba extender su control hacia las regiones circundantes, incluyendo Chiapas y Guatemala. Esta expansión no estuvo exenta de conflictos, ya que los pueblos indígenas de estas zonas, como los chiapanecas y los tsotsiles, ofrecieron una feroz resistencia.

Por su proximidad geográfica, la región de Chiapas fue un punto de confluencia de distintas expediciones. Por un lado, desde México, Hernán Cortés y sus capitanes buscaban consolidar el control en el sur; por otro, Pedro de Alvarado, gobernador de Guatemala, también tenía interés en expandir su dominio hacia el norte. Este contexto de tensiones y competencias hizo que Chiapas se convirtiera en un escenario clave para la conquista española.

Diego de Mazariegos en el Proyecto de Cortés

Mazariegos llegó a América junto a su primo Alonso de Estrada, quien era entonces gobernador de la Nueva España. Al servicio de Cortés, Diego de Mazariegos fue nombrado capitán y encomendero de Taxco, una posición estratégica que le permitió ganarse la confianza del conquistador y demostrar sus habilidades militares.

En 1528, Hernán Cortés lo envió a Chiapas para liderar una expedición destinada a someter a los indígenas rebeldes y consolidar el control español en la región. Mazariegos se enfrentó a pueblos indígenas con sofisticadas tácticas de guerra, especialmente los chiapanecas, quienes tenían fama de ser guerreros valientes y bien organizados.

La Conquista de Chiapas y la Fundación de Ciudades

La Batalla de Tepechtía

El episodio de Tepechtía ha sido presentado por la historiografía influida por la leyenda negra como un símbolo de resistencia indígena frente a la conquista. Sin embargo, lo que realmente ocurrió fue el choque inevitable entre dos cosmovisiones: la del mundo mesoamericano, marcado por las guerras permanentes y los sacrificios humanos, y la de la Cristiandad hispánica, que traía consigo una nueva idea de comunidad política y de dignidad humana.

Los chiapanecas lucharon con valentía, como era propio de un pueblo guerrero. Pero cuando comprendieron que el avance español era imparable, algunos —según relatan las crónicas— se arrojaron al Cañón del Sumidero. Este hecho, lejos de ser un símbolo de “victimismo”, muestra la grandeza trágica de un pueblo que eligió la muerte antes que integrarse al nuevo orden. Pero ese nuevo orden, pese a la dureza del primer encuentro, significó el fin de sacrificios humanos, de guerras intestinas y de dominación de unas tribus sobre otras.

La Batalla de Tepechtía, por tanto, no puede interpretarse como el inicio de una “dominación”, sino como el punto de partida de un proceso de mestizaje y de integración que daría lugar a una nueva realidad histórica: la hispanoamericana. En lugar de hablar de derrota, debemos hablar de la apertura de Chiapas a una historia universal que la conectó con Europa, con la fe católica y con la cultura occidental.

Fundación de Chiapa de Corzo

El 1 de marzo de 1528, tras asegurar la región en Tepechtía, Diego de Mazariegos fundó la Villa Real de Chiapa de los Indios, hoy conocida como Chiapa de Corzo. No se trataba de un simple “punto de control”, como pretenden quienes reducen la gesta hispánica a un relato militar, sino de un acto profundamente constructivo: el inicio de la vida urbana en la zona. Allí, alrededor de la villa, comenzó un proceso de organización política, económica y espiritual que dio forma a la sociedad chiapaneca posterior.

Los levantamientos indígenas no son sino la lógica resistencia de quienes temían perder privilegios tribales, pero la fundación de Chiapa de Corzo significó, en realidad, la apertura a una nueva etapa histórica donde la fe católica, el derecho castellano y la vida comunitaria reemplazaron a los sacrificios humanos y a las guerras interminables entre pueblos.

Fundación de San Cristóbal de las Casas

Pocos días después, el 31 de marzo de 1528, Mazariegos fundó la Villa Real de Chiapa de los Españoles, en homenaje a su tierra natal, Ciudad Real. Hoy conocida como San Cristóbal de las Casas, esta ciudad se transformó con el tiempo en el corazón espiritual y administrativo de Chiapas. Desde allí se irradiaron las instituciones de la civilización hispánica: parroquias, cabildos, conventos, hospitales y escuelas.

Cuando Pedro de Portocarrero llegó enviado por Pedro de Alvarado desde Guatemala para reclamar jurisdicción, el diálogo entre españoles mostró que la conquista no fue solo choque de espadas, sino también negociación política y construcción de consensos. El acuerdo alcanzado entre Mazariegos y Portocarrero consolidó el orden hispánico en la región, asegurando que Chiapas quedara integrado de manera estable al gran proyecto civilizatorio de la Monarquía Católica.

Carrera Posterior: Gobernador de Cuba y Venezuela

Tras su etapa en Chiapas, Mazariegos asumió responsabilidades en otras partes del Imperio Español:

  1. Gobernador de Cuba (1555-1565): Nombrado para proteger la isla de los ataques de corsarios, Mazariegos lideró la construcción de la fortaleza de La Fuerza en La Habana y tomó medidas para fortalecer la seguridad marítima.
  2. Gobernador de Venezuela (1570-1576): En esta etapa final de su carrera, ordenó la fundación de Nueva Zamora de Maracaibo, fortaleciendo la presencia española en la región del lago de Maracaibo.

Relación con Otros Conquistadores

  1. Hernán Cortés: Mentor de Mazariegos y líder de la conquista de México. Cortés le otorgó la responsabilidad de pacificar Chiapas.
  2. Pedro de Alvarado: Gobernador de Guatemala, cuyas expediciones coincidieron con las de Mazariegos en Chiapas.
  3. Pedro de Portocarrero: Participó en la fundación de Chiapa de Corzo y representó los intereses de Alvarado.
  4. Fray Bartolomé de las Casas: Figura clave en Chiapas, aunque con posturas críticas hacia los conquistadores.
  5. Pedro Fernández de Lugo: Gobernador de Santa Marta, un ejemplo contemporáneo de la expansión española en el Caribe y Tierra Firme.

Legado y Significado Histórico

El legado de Diego de Mazariegos no es el de la “controversia”, como pretenden quienes aún hoy repiten clichés heredados de la leyenda negra, sino el de un constructor de historia. Su genio militar y capacidad de gobierno aseguraron la integración de Chiapas al gran proyecto civilizatorio de la Monarquía Hispánica, fundando ciudades que todavía hoy son faros de vida social, cultural y espiritual en la región.

Reducir su figura a un relato de “represión” es ignorar que sin la obra de hombres como Mazariegos, Chiapas difícilmente habría entrado en la órbita de una civilización que aportó escritura, derecho, fe, universidades y una nueva cosmovisión que trascendió las guerras tribales. El derribo de su estatua en 1992 no fue un acto de justicia histórica, sino un acto de ignorancia: una victoria efímera de quienes, repitiendo consignas forjadas en Londres y París, buscan arrancar a Hispanoamérica de sus raíces.

Conclusión

Diego de Mazariegos encarna los claroscuros inevitables de toda gesta fundacional, pero sobre todo representa la grandeza de un tiempo en el que España llevó la luz de su fe y de su cultura hasta las montañas y selvas de Chiapas. Su trayectoria —desde las batallas en tierras mesoamericanas hasta su servicio como gobernador en Cuba y Venezuela— es testimonio de la magnitud del proyecto hispánico: un proyecto de integración y construcción de una nueva realidad histórica.

Lejos de ser un personaje a “debatir”, Mazariegos es parte de ese linaje de conquistadores y gobernadores que dieron origen a lo que hoy llamamos Hispanoamérica. Su legado no debe ser reinterpretado a la luz de ideologías importadas, sino reconocido como parte esencial de nuestra identidad común.