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Tras la última frontera

Alonso de Cáceres: El Conquistador Olvidado y Fundador de Comayagua en la Vorágine

  1. Los Primeros Años y Viaje al Nuevo Mundo
    1. Orígenes y Supuesto Nacimiento en Cáceres
    2. Expedición con Pedrarias Dávila a Tierra Firme
  2. Encomendero y las Disputas en Tierra Firme
    1. Conflicto con el Gobernador García de Lerma
    2. Expulsión y Reubicación en Cartagena de Indias
  3. Conquista y Exploración en Cartagena
  4. Viaje a Honduras y Fundación de Comayagua
  5. Participación en las Guerras Civiles del Perú
    1. Lucha Contra Almagro y Gonzalo Pizarro
  6. El Proceso Judicial por Malos Tratos a los Indígenas
    1. Testimonios y Evidencias del Crimen
    2. Condena y Destierro de Santa Marta
  7. Últimos Años y Legado
    1. Encomiendas en Arequipa y Cargo de Corregidor
    2. Desaparición de su Rastro y Fin de una Vida de Conquista
    3. Conclusión

En la intensa y turbulenta era de la conquista española en América, pocos personajes encarnan las complejidades de este periodo tan fielmente como Alonso de Cáceres. Este conquistador, cuya vida estuvo marcada por la ambición, la violencia, y los constantes conflictos con otros líderes coloniales, dejó su huella en la fundación de ciudades y la expansión del dominio español en el Nuevo Mundo. Sin embargo, su legado también está teñido por las injusticias cometidas contra las poblaciones indígenas y las intrigas políticas que marcaron su carrera. Este artículo explora en detalle la vida y el impacto de Alonso de Cáceres, desde sus inicios en Tierra Firme hasta sus últimos días en Arequipa.

Retrato de Alonso de Cáceres

Los Primeros Años y Viaje al Nuevo Mundo

Orígenes y Supuesto Nacimiento en Cáceres

Aunque no existen registros precisos sobre el lugar de nacimiento de Alonso de Cáceres, la mayoría de los historiadores concuerdan en que debió nacer alrededor de 1506 en Cáceres, España. Como muchos de sus contemporáneos, la juventud de Alonso de Cáceres transcurrió en un periodo en el que las noticias sobre el Nuevo Mundo generaban ansias de aventura y fortuna. Movido por estas promesas, partió hacia las tierras recién descubiertas en 1514, formando parte de la expedición de Pedrarias Dávila a Tierra Firme (actual Panamá).

Expedición con Pedrarias Dávila a Tierra Firme

La expedición de Pedrarias Dávila no fue una empresa fácil. La región conocida como Castilla del Oro estaba plagada de desafíos, desde enfermedades tropicales hasta la constante resistencia de las tribus indígenas. Alonso de Cáceres se inició en el Nuevo Mundo en medio de esta vorágine, familiarizándose con las dinámicas de poder, el saqueo de recursos y los conflictos con los habitantes originarios.

En 1522, Alonso de Cáceres ya figuraba como encomendero en Tierra Firme, beneficiándose de las tierras y del trabajo forzado de los indígenas. Sin embargo, su ambición lo llevó a buscar oportunidades más lucrativas, y pronto se vio involucrado en las expediciones del gobernador García de Lerma en la gobernación de Santa Marta.

Encomendero y las Disputas en Tierra Firme

Conflicto con el Gobernador García de Lerma

Alonso de Cáceres se unió a las entradas de García de Lerma en el Río Grande, donde se intensificó su reputación como un hombre codicioso y despiadado. Sin embargo, sus acciones y ambiciones levantaron sospechas en el gobernador, quien temía que Cáceres pudiera desafiar su autoridad. Esta desconfianza llevó a García de Lerma a expropiar los bienes de Cáceres y a desterrarlo de Santa Marta, marcando el comienzo de una enemistad que definiría gran parte de la vida de Cáceres.

Expulsión y Reubicación en Cartagena de Indias

Tras su destierro de Santa Marta, Alonso de Cáceres no se resignó a vivir en el olvido. Se trasladó a la gobernación de Cartagena de Indias, donde formó una alianza con el gobernador Pedro de Heredia. Esta relación le permitió participar activamente en nuevas conquistas y campañas de sometimiento, como las entradas en Abreva y la exploración del río del Cenú. Su papel fue particularmente notorio en la derrota del cacique Yapel, un líder indígena que representaba una seria amenaza para los españoles.

Cáceres también participó en el descubrimiento del río Cauca y en la fundación de la ciudad de Tolú, consolidando su influencia en la región. Sin embargo, su rencor hacia García de Lerma nunca se disipó, y aprovechó cada oportunidad para buscar venganza, enviando informes al Rey acusando a Lerma de abusos contra los indígenas y otras infracciones.

Conquista y Exploración en Cartagena

La relación con Pedro de Heredia fue clave para Alonso de Cáceres durante su tiempo en Cartagena de Indias. Como uno de los hombres de confianza del gobernador, Cáceres participó en expediciones que le permitieron amasar una considerable fortuna, en parte gracias al saqueo del cementerio indígena del Cenú. En Cartagena, llegó a ocupar un cargo importante como regidor del cabildo en 1537 y fue el titular de la encomienda de Tameme. Sin embargo, su creciente poder y fortuna también le trajeron enemigos, incluyendo al propio Pedro de Heredia, con quien terminaría enfrentado.

Viaje a Honduras y Fundación de Comayagua

En 1537, Alonso de Cáceres se unió a Francisco de Montejo, el conquistador salmantino a quien el Rey había nombrado gobernador de la gobernación de Honduras. Montejo, consciente de la reputación y las habilidades militares de Cáceres, lo reclutó para participar en la pacificación y consolidación de su territorio. En un tiempo en que las tensiones y las rebeliones indígenas eran constantes, Cáceres fue una pieza fundamental en las estrategias de Montejo para asegurar el control español en la región.

En el valle de Comayagua, Alonso de Cáceres desempeñó un papel crucial en la fundación de la ciudad de Santa María de Comayagua en 1537. Esta ciudad se convirtió en un importante asentamiento en el interior de Honduras, sirviendo como base para la administración y control de la región. Gracias a sus acciones, se le otorgaron varias encomiendas, incluidas las de los cacicazgos de Arquín, Inserquin y Tomatepec, lo que le aseguró una fuente considerable de riqueza. Sin embargo, su carácter inquieto y ambicioso no le permitió permanecer asentado durante mucho tiempo, y en poco tiempo volvió a buscar nuevas oportunidades y desafíos.

A pesar de las recompensas obtenidas, Alonso de Cáceres no se mantuvo alejado de los problemas. Las encomiendas y el poder que había adquirido le generaron nuevos conflictos con otros conquistadores y líderes coloniales. La vida en Honduras, al igual que en otros territorios conquistados, estaba marcada por la constante pugna por el control de los recursos y la población indígena. Los intereses de los conquistadores a menudo chocaban, y las alianzas políticas eran frágiles y cambiaban rápidamente. Cáceres, siempre en busca de más poder, se vio involucrado en estas intrigas y rivalidades.

Participación en las Guerras Civiles del Perú

Lucha Contra Almagro y Gonzalo Pizarro

El siguiente capítulo en la vida de Alonso de Cáceres lo llevó a la región andina, donde se desarrollaban las sangrientas guerras civiles entre los conquistadores. La ambición por el control de los territorios del antiguo Imperio Inca había dividido a los conquistadores en facciones, y Cáceres se encontró luchando primero contra las fuerzas de Diego de Almagro y, posteriormente, contra las huestes del insurrecto Gonzalo Pizarro.

Gonzalo Pizarro saliendo de Cuzco con su ejército

El conflicto con Almagro fue una de las etapas más críticas, ya que las tropas de Almagro y las de los Pizarro competían ferozmente por el dominio del Perú. Cáceres, con su experiencia y destreza militar, jugó un papel importante en estas batallas, ayudando a consolidar la posición de los seguidores de Pizarro. Sin embargo, la situación política en el Perú era extremadamente inestable, y las alianzas se rompían y se formaban con rapidez.

En los años siguientes, Alonso de Cáceres también se unió a las fuerzas reales en la lucha contra Gonzalo Pizarro, el líder de una gran rebelión que amenazaba con desafiar la autoridad de la Corona española. En recompensa por sus servicios en estas contiendas, hacia 1541, Cáceres recibió la encomienda de los indios Arones Yanaquihua, quienes vivían en los pueblos de Granada, Antequera y Porto. Estas encomiendas le proporcionaron una considerable riqueza y estatus en la región.

El Proceso Judicial por Malos Tratos a los Indígenas

Uno de los episodios más oscuros en la vida de Alonso de Cáceres fue su proceso judicial por malos tratos a los indígenas. En enero de 1531, mientras realizaba una de sus muchas campañas en la región de Santa Marta, Cáceres fue acusado de haber asesinado brutalmente a un indígena. Este crimen, en medio de la constante violencia de la conquista, destacó lo suficiente como para que las autoridades decidieran juzgarlo. El caso fue impulsado por el protector de indios, Fray Tomás Ortiz, un dominico que, a pesar de su propia reputación de dureza hacia los indígenas, asumió la responsabilidad de llevar el juicio adelante.

El juicio reveló los abusos y las atrocidades cometidas durante la conquista. Los testigos declararon que Cáceres había matado a un indígena encadenado y debilitado por el trabajo excesivo, después de que este, en un último acto de resistencia, intentara defenderse. Aunque Cáceres alegó que el indígena era un esclavo capturado en buena guerra y que actuó en defensa propia, las evidencias mostraron la brutalidad de sus acciones.

Testimonios y Evidencias del Crimen

Cuatro testigos españoles, entre ellos García de Setiel y Diego Pizarro, dieron su testimonio sobre lo ocurrido. Describieron cómo Cáceres atacó al indígena, quien llevaba una cadena de hierro al cuello y estaba extremadamente debilitado. La defensa de Cáceres intentó justificar sus acciones, argumentando que el indígena representaba un peligro, pero el tribunal no lo consideró creíble. Al final, el proceso reveló las tensiones entre las autoridades coloniales y los defensores de los derechos indígenas, mostrando las complejidades legales en el trato de estos casos.

Condena y Destierro de Santa Marta

A pesar de la gravedad de los hechos, Alonso de Cáceres evitó la pena de muerte. Sin embargo, fue condenado al destierro perpetuo de Santa Marta y la pérdida de sus bienes y encomiendas en la región. La sentencia también incluyó la confiscación de su riqueza, que se destinó en parte al fisco real y a obras públicas. Este episodio fue un recordatorio de que, aunque rara vez, las leyes de protección a los indígenas se aplicaban, aunque de manera limitada y esporádica.

Últimos Años y Legado

Encomiendas en Arequipa y Cargo de Corregidor

Después de sus campañas en el Perú y la intensa participación en las guerras civiles, Alonso de Cáceres se estableció en Arequipa, una región que se estaba convirtiendo en un importante centro de poder en el virreinato del Perú. En Arequipa, recibió varias encomiendas adicionales que consolidaron su estatus y le proporcionaron una importante fuente de ingresos. Uno de los cacicazgos más destacados que le fueron otorgados fue el de los indios del poblado de San Francisco de Pocsi, quienes, según registros de la época, tributaban anualmente más de tres mil seiscientos pesos de oro. Esta encomienda no solo enriqueció a Cáceres, sino que también subrayó la continua explotación de la población indígena.

En Arequipa, Alonso de Cáceres llegó a ostentar el cargo de corregidor, un puesto de gran responsabilidad que implicaba la administración de justicia y el gobierno de la región. Sin embargo, a pesar de su posición y su poder, su vida y actividades a partir de este momento se vuelven cada vez más oscuras en los registros históricos. Algunos informes sugieren que su influencia comenzó a decaer, y sus últimos años estuvieron marcados por el progresivo abandono del poder y la falta de documentación precisa sobre su paradero y actividades.

Desaparición de su Rastro y Fin de una Vida de Conquista

El rastro histórico de Alonso de Cáceres se pierde alrededor de 1561, cuando aún se encontraba en Arequipa. No hay registros claros sobre su muerte, y se desconoce si falleció en la pobreza o si simplemente dejó de figurar en los documentos oficiales debido a la pérdida de influencia o a un retiro voluntario. Lo que sí es evidente es que, a diferencia de otros conquistadores más célebres, Cáceres no dejó un legado duradero en términos de fundaciones o conquistas que sobrevivieran con gran prominencia en la memoria colectiva.

A pesar de su olvido relativo, Alonso de Cáceres fue un ejemplo arquetípico del conquistador español de primera generación: un hombre ambicioso, despiadado y dispuesto a cruzar cualquier línea para obtener riqueza y poder. Su vida estuvo marcada por la búsqueda constante de oportunidades, desde Tierra Firme hasta los Andes, y por los conflictos con otros líderes coloniales que moldearon el destino de América.

Conclusión

Alonso de Cáceres fue un conquistador cuya vida estuvo marcada por la búsqueda de riqueza y poder. Desde sus primeras campañas en Tierra Firme hasta sus últimas encomiendas en Arequipa, su trayectoria refleja tanto el espíritu aventurero como la brutalidad de la conquista española. Aunque no figura entre los nombres más recordados de la historia, su impacto en las regiones que conquistó y las personas que encontró fue significativo. La historia lo ha recordado como un ejemplo de las ambiciones y contradicciones y un ejemplo de como la justicia española defendía a los nativos en un periodo que cambió para siempre el destino del continente americano.