- Breve biografía de Pánfilo de Narváez
- Pánfilo de Narváez cómo ejemplo de superación
- Pánfilo, Ojeda y el Caribe
- El Servicio de Pánfilo de Narváez en el Cuba
- Narváez funda San Cristóbal de la Habana
- Pánfilo de Narváez en búsqueda de Cortés
- Pánfilo de Narváez, adelantado de la Florida
- La muerte de Pánfilo de Narváez
Pánfilo de Narváez fue un conquistador y explorador español que ganó gran reputación y fama por sus expediciones en Norte América. Fue traído al mundo en la pequeña localidad segoviana de Navalmanzano. Tras formarse en España, partió con destino a la isla de Jamaica en 1510 como oficial. Pánfilo llegó a participar en la campaña de Cuba y condujo una expedición a Camagüey acompañado por Bartolomé de las Casas.
En este artículo conoceremos la vida de Pánfilo Narváez, acercándonos a episodios tan destacados en la historia de América como fueron la gesta de Hernán Cortés, o la increíble aventura de Cabeza de Vaca recorriendo Norte América. Su huella ha quedado patente a pesar de que la suerte no sonriera al segundo adelantado de la Florida como veremos a continuación.
Breve biografía de Pánfilo de Narváez
Cómo decíamos anteriormente, su labor exploradora sería fundamental en las islas de Jamaica y Cuba. Tras el intento de captura de Cortés sería designado como gobernador de la Florida, si bien esta empresa no sería tan fructífera como esperaba.
Pánfilo era un hombre alto, de cabello rubio, con un carácter firme y muy buenas costumbres. Era una persona honrada, en la que cualquiera podía confiar, pero también se dice que era un poco imprudente y descuidado.
Es posible que esta imprudencia le llevara a caer preso en la Nueva España, aproximadamente por dos años, cuando iba con orden de arrestar a Hernán Cortés. Sin embargo, esto no le arrebató sus ganas de seguir explorando nuevos territorios.
Pánfilo de Narváez cómo ejemplo de superación
Una de las cosas buenas que se pueden esgrimir de Pánfilo Narváez es que es un vivo ejemplo de superación. De joven se trasladó a Jamaica para servir bajo las órdenes de Juan de Esquivel. Donde le otorgaron el grado de capitán en la expedición de Velázquez.
Además, exploró las tierras interiores de Cuba llegando a provincias desconocidas, fundando varias poblaciones antes de decidirse a regresar a España. En la Península Ibérica solicitó el título de adelanto para poder preparar y realizar una gran expedición. Aunque antes tuvo que dirigirse a México para tratar de capturar a Hernán Cortés.
Además, participó en la búsqueda activa de un lugar o poblado mexicano, habitado por los Incas, que se decía que estaban repletos de oro y grandes riquezas. Narváez nunca se imaginó lo lejos que podría llegar.
Éste era el sueño de gran cantidad de españoles en esa época. El lograr ser un explorador para llevar más gloria a su majestad. Narváez tuvo una participación muy relevante en las expediciones encargadas por los reyes a México y otros lugares del Caribe.
Pánfilo, Ojeda y el Caribe
Narváez en el Caribe realizó expediciones junto Bartolomé de las Casas y a Juan de Grijalva a lo largo de la isla. La primera noticia que tenemos de Narváez en América procede de la isla de Jamaica. En 1508 sus majestades otorgaron a Nicuesa y Ojeda la gobernación de Veragua y Urabá ( Casitlla de Oro y Nueva Andalucía). La base de operaciones para esta empresa se encontraba en la isla de Jamaica.
Ante esta situación, Diego Colón sintió sus derechos vulnerados y protestó formalmente ante el rey Fernando. Para dar más fuerza a sus peticiones, envió a su mejor teniente, el sevillano Juan de Esquivel.
El objetivo de Esquivel era impedir que Diego de Nicuesa y Alonso de Ojeda consiguieran llevar a cabo su proyecto. Una vez conseguido, Ojeda se refugió en Cuba y desde allí envió a Diego de Ordás a Jamaica. Ordás logró que Esquivel les auxiliara enviando una carabela capitaneada por Narváez para llevar a Alonso de Ojeda y algunos otros hombres a la isla.
Al llegar a Cuba y ver a Ojeda en una canoa Narváez le dijo:
“Señor Ojeda, lléguese vuesa merced por esta parte; tomarle hemos”
Pánfilo de Narváez
Cuenca respondió diciendo: “Señor, mi remo no rema”, aludiendo veladamente a las diferencias que había tenido con su subalterno Bernardino de Talavera. Los cronistas cuentan que, “que era honrado y sabía lo que merecía Ojeda, le hizo muy buen acogimiento y le trató como persona que era”.
Pero Pánfilo de Narváez no podía quedarse quieto y no se acostumbro a la tranquila vida en Jamaica. Así que, teniendo noticias de las campañas de Cuba por Diego Velázquez de Cuéllar, solicitó y consiguió permiso de Esquivel para sumarse a las expediciones de colonización de Cuba junto con treinta flecheros.
El Servicio de Pánfilo de Narváez en el Cuba
En 1510 Narváez fue ascendido como lugarteniente del gobernador de Cuba, Diego Velázquez de Cuéllar.
Narváez tuvo la oportunidad de colaborar activamente con Velázquez en la conquista de la isla de Jamaica. Además participó activamente en la batalla de Caonao, este era un pueblo situado en el centro de Cuba.
La Batalla de Cao nao
En 1511, dos años después de llegar a Jamaica Pánfilo de Narváez fue reclutado para dirigir una expedición a Cuba bajo las órdenes de Diego Velázquez. Narváez se encontraría con una fuerte resistencia de los nativos taínos de la isla.
Varias tribus taínas liderarían una guerra de guerrilla contra los españoles que duró varios años. En el ejército de Narváez en Cuba se encontraba un sacerdote llamado Bartolomé de las Casas. Bartolomé fue el primer sacerdote ordenado en el nuevo mundo.
Lo peor ocurrió en un lugar llamado Cao Nao, cerca del camino de Kamel. De acuerdo con el relato de De las casas, dos mil aldeanos taínos salieron para recibir a los españoles con panes y pescado. Mientras la comida se distribuía entre los soldados, Bartolomé dice que un soldado fue poseído por el diablo, sacó su espada y se lanzo a atacar a los locales. Pronto el resto de los soldados se habían sumado al ataque sin saber bien porqué.
De las Casas dice que corría de un lado a otro frenéticamente tratando de detener la matanza. Cuando Pánfilo de Narváez subió a su caballo, le dijo a Bartolomé qué le parecía lo que había pasado. Ante esta pregunta le respondió que los mandaban a todos al diablo por lo que habían hecho.
Si bien la figura de Bartolomé de las casas ha sido muy rebatida, suponiendo la veracidad de este hecho, mostraría claramente dos cosas:
- Una psicosis colectiva fruto del estrés del Combate. Es normal que cuando combates de manera constante, eres plenamente constante de que dependes de tus compañeros para salir adelante. Por eso si ves que uno reacciona o toma una actitud, el resto actúa por imitación, por instinto de supervivencia.
- La carencia de liderazgo y conciencia situacional del Narváez a la hora de abstraerse como jefe y valorar lo que de verdad pasaba y controlar a sus hombres.
Narváez funda San Cristóbal de la Habana
Pánfilo Narváez por orden de Velázquez fundaría San Cristóbal de La Habana, en el año 1514, en un lugar no localizado de la Costa Sur.
Los habitantes de este lugar se fueron trasladando hacia el norte debido a que las condiciones climáticas eran muy difíciles, y se estaban muriendo. Además, cuándo se descubrió el canal de Bahamas la ciudad se estableció en Puerto carena.
Ya que este facilitaba el tráfico y la comunicación marítima entre España y América. Se ubicaron en el litoral norteño, al pie de una frondosa y extravagante ceiba. Pánfilo Narváez también fundó en 1515 Santa María del Puerto Príncipe. Pero esta Villa estuvo primera en la costa norte y fue trasladada después tierra adentro, y finalmente se estableció definitivamente junto al río Timina.
Pánfilo de Narváez en búsqueda de Cortés
En 1519, Diego Velázquez de Cuéllar, era el gobernador de Cuba y aprobó y pagó a Hernán Cortés una empresa a México. Sea como fuere, al poco tiempo se arrepintió y anuló los términos de la expedición al poco de partir Hernán Cortés.
Cortés al enterarse, se resistió y continuó con la empresa concertada que acabaría provocando la derrota del Imperio Azteca. Al presentarse desde Cuba, Narváez fue nombrado jefe legislativo de México por Velázquez, quien le envió a él y a 1400 hombres en 19 barcos a México para atrapar a Cortés.
Narváez siguió la misma ruta que Hernández de Córdova, Grijalva y Cortes en sus expediciones. Pánfilo llegó a Veracruz, donde trató de fundar una gran población. A esta población la denominó San Salvador, sin embargo, esta era la contraposición de la Villa de Cortes. Este nombró dos alcaldes, que fueron Vermut y Verdugo.
Narváez desembarcó en Veracruz, donde Cortés había dejado un pequeño puesto al partir con el resto de sus hombres hacia la capital Mexica de Tenochtitlan. El Fuerte estaba vigilado por el jefe de Cortés, Gonzalo de Sandoval, que se las ingenió para atrapar a una parte de los hombres de Narváez y avisar a Cortés del riesgo que se avecinaba.
Incapaz de superar el puesto Narváez se dirigió a la ciudad totonaca de Cempoala, donde se estableció para hacer negocios. En el momento en que la información sobre la aparición de Narváez llegó a Cortés, éste acumuló un número imprevisto de sus soldados, tal vez hasta 250 hombres, y regresó a la costa.
Los hombres de Cortés se dirigen a su encuentro
El 27 de mayo de 1520, los hombres de Cortés se dirigieron al campamento de Narváez en Cempoala. Narváez se mantuvo firme en el fuerte que tenía en la ciudad de Cempoala con un nutrido grupo de mosqueteros y ballesteros.
Por fin, Gonzalo de Sandoval se presentó en el campo de batalla y consiguió incendiar el fuerte, expulsando a Narváez y sus hombres del mismo. Narváez resultó gravemente herido, perdiendo el ojo derecho herido por una pica.
Sería hecho prisionero y pasó dos años como detenido en el puerto de Veracruz antes de ser enviado de vuelta a España. Sus hombres, a los que Cortés había garantizado oro, se unieron al resto de los hombres y regresaron a Tenochtitlan, donde participaron en la conquista del Imperio Azteca.
Es digno de citar que una de las caravanas de la expedición de Narváez, fue atacada por las fuerzas de Texoco. Los guerreros de Texoco no tuvieron piedad y siguiendo sus tradiciones darían una terrible muerte a los supervivientes del ataque. Tanto hombres, como mujeres y niños, terminaron sacrificados y comidos en diversos rituales.
Tras esta obscena escena, las calaveras de este grupo de personas fueron mostradas públicamente. Como una forma de mensaje de advertencia para los futuros invasores que quieran conquistar sus tierras.
Pánfilo de Narváez, adelantado de la Florida
Este título de gobernador abarcaba todas las tierras que descubrieran desde el río de Las Palmas, Hasta los fines de la península. Narváez se fue al mar en San Lucar de la Barrameda, en el año 1527 con una flota de cinco navíos y aproximadamente seiscientos hombres.
La travesía no fue fácil, lo que ocasionó daños y deserciones que debilitaron la expedición. Por lo que no pudo arribar a las costas de Florida hasta el año 1528, es decir un año después.
Una tempestad al sur de Cuba destruyó algunos de los barcos. El resto de la expedición partió de Cuba en febrero de 1528 con el objetivo de llegar al río de las Palmas, cerca de la actual Tampico, México.
Las embarcaciones se encallaron e contra las rocas y después, al intentar llegar a La Habana para reabastecerse, fueron conducidas hacia el norte, hacia la costa oeste de Florida. De esta manera llegarían a la bahía de Boca Ciega, al norte del acceso principal a la bahía de Tampa.
Pánfilo pudo observar que el lugar del desembarco no era valido para crear un asentamiento. Así que Narváez ordenó que se separara la fuerza, con 100 hombres y 10 damas a bordo del envío, y 300 hombres y 42 caballos por tierra.
Pánfilo de Narváez llegó cerca de la bahía de Tampa el 14 de abril de 1528. El gobierno español le había dado permiso para asentarse y gobernar la tierra a lo largo de la costa del Golfo, desde el norte de México hasta la península de Florida y hasta el interior que pudiera controlar.
Un error que pagarían caro
Esta decisión resultó ser un terrible error. En lugar de desembarcar en el puerto descrito por Narváez, los barcos desembarcaron en otro lugar. Narváez y sus hombres esperaron a los barcos en el puerto donde Narváez pretendía que desembarcaran, pero los barcos nunca pudieron encontrarlos ni a él, ni a sus hombres.
Los capitanes de los barcos buscaron por toda la costa durante casi un año, luego se dieron por vencidos y regresaron a España. Desamparado, Narváez, junto con su tesorero y preboste, Núñez de Cabeza de Vaca, condujo a sus hombres hacia el norte de la península, hasta el cacicazgo de los apalaches.
Esto habría sido cerca de la actual Tallahassee. Los españoles se encontraron muy presionados por la hostilidad y violencia en el territorio de los apalaches. No era de extrañar, ya que a lo largo de su ruta los españoles ante su desesperación y falta de alimentos habían tomado una aldea apalachee, robado maíz y otras cosechas, e incluso habían retenido a un jefe como rehén.
Al cabo de un mes, Narváez y los españoles renunciaron a la esperanza de encontrar los barcos y recibir sus suministros. Las raciones eran escasas y muchos de los hombres estaban débiles por las múltiples enfermedades.
Pánfilo entra en territorio Apalache con mal pie
Pánfilo de Narváez, líder de la expedición española, entró en el territorio en 1528. Las crónicas de la expedición, registrada por Cabeza de Vaca , no sólo ofrecen la primera información sobre los indios del sureste de los actuales Estados Unidos.
Después de entrar en el territorio de los apalaches, Cabeza de Vaca dice que la expedición se encontró con algunos indios que condujeron a los españoles a su pueblo. No dice si los indios los invitaron por amistad o por coacción. Pero al entrar en el pueblo informa:
“Allí encontramos muchas cajas… En cada una de ellas había un cadáver cubierto con pieles de ciervo pintadas. El comisario pensó que esto era una práctica idolátrica, así que quemó las cajas con los cadáveres”.
Cabeza de Vaca
En realidad, los cadáveres se conservaban hasta un momento adecuado para su entierro. Esta profanación de los restos no creó una impresión favorable de los “invasores peludos” entre las tribus del norte de Florida que ya no podrían revertir.
Los españoles se dirigieron entonces al poblado indio de Apalachen, donde Cabeza entró con nueve jinetes y cincuenta soldados de a pie. En el pueblo sólo había mujeres y niños, pero los hombres indios no tardaron en regresar y comenzaron a disparar flechas a los intrusos.
Sin duda, ya les había llegado la noticia de la profanación española en el primer pueblo dos horas antes. Tras una escaramuza, los guerreros indios huyeron, pero más tarde regresaron pidiendo la liberación de sus mujeres y niños. Los españoles lo hicieron, pero mantuvieron a un cacique como prisionero.
Los indios combaten la expedición a muerte
Esto enfureció a los indios, por supuesto, y volvieron a atacar al día siguiente. Los apalaches siguieron atacando a diario, perdiendo sólo dos guerreros en los veinticinco días que los españoles ocuparon su pueblo. Los españoles se vieron expuestos a una guerra de guerrillas en la que sus caballos y hombres eran frecuentemente heridos o muertos cuando iban a por agua. La persecución de los indios era inútil, ya que desaparecían en los grandes parches de maíz o en un lago o estanque poco profundo.
“… algunos de los nuestros fueron heridos a pesar de su buena armadura. Aquel día hubo hombres que juraron haber visto dos robles, cada uno de ellos tan grueso como la pantorrilla de una pierna, atravesados por flechas, lo que no es de extrañar si tenemos en cuenta la fuerza y la destreza con la que disparan. Esa gente (de Florida) tiene una constitución maravillosa, muy enjuta y de gran fuerza y agilidad. Sus arcos son tan gruesos como un brazo, de once a doce palmos (manos) de largo, disparando una flecha a 200 pasos con una puntería infalible.”
Cabeza de Vaca
La muerte de Pánfilo de Narváez
Los españoles llegaron finalmente a la costa del Golfo, donde hicieron cinco barcazas y navegaron hacia el oeste, sin tener más contactos con los habitantes, ni con el territorio apalache.
Muchos de los hombres fueron asesinados por los indios; el propio Narváez desapareció cerca de la desembocadura del río Misisipi. Al final de muchas penurias sólo quedaron cuatro hombres:
- Álvar Núñez Cabeza de Vaca.
- Andrés Dorantes de Carranza.
- Alonso del Castillo Maldonado.
- El esclavo Estevanico (Esteban).
El gran ejército había vagado durante ocho años, recorriendo más de dos mil millas a través del continente, y sólo cuatro supervivientes llegaron finalmente a un asentamiento español en la costa occidental de México…