- Tribunal de la Inquisición española: ¿Qué fue, para qué sirvió, por qué se creó?
- Cronología de los tribunales inquisitoriales
- ¿Cuál era la estructura de la Santa Inquisición española?
- ¿Qué delitos perseguía la Inquisición?
- El proceso inquisitorial
- La resolución
- La ejecución de la sentencia
- El edicto de fe
- El auto de fe
- Financiación de la Inquisición
- Leyenda negra e Inquisición española
Tribunal de la Inquisición española: ¿Qué fue, para qué sirvió, por qué se creó?
El Tribunal de la Santa Inquisición, comúnmente conocido como Inquisición o santo oficio, es una institución histórica que ha dejado una huella profunda en la memoria colectiva y que no fue exclusiva de España. Este organismo, asociado a menudo con imágenes de terror, tortura y fanatismo religioso, surgió en la Edad Media en Europa con el propósito de erradicar la herejía dentro de la comunidad cristiana.
La herejía, en el contexto de la Inquisición, se refería a las creencias y prácticas que contravenían la doctrina oficial de la Iglesia católica. Para ser considerado hereje, un individuo debía ser cristiano bautizado y persistir en sus creencias heréticas. La Inquisición se estableció como una herramienta para investigar, localizar y perseguir estas desviaciones doctrinales, buscando el arrepentimiento del hereje para mantener la pureza de la fe cristiana. La palabra “Inquisición” deriva de “investigación” o “pesquisa”, y su misión era precisamente investigar y erradicar la herejía entre los cristianos.

La Inquisición católica se diferenciaba de la persecución religiosa en los países protestantes, donde la justicia civil llevaba a cabo la persecución y ejecución de los acusados. En contraste, la Inquisición católica se enfocaba en la investigación y el juicio, dejando la detención y la ejecución en manos de las autoridades civiles. A menudo, los reyes o príncipes solicitaban la creación de tribunales inquisitoriales en sus territorios para abordar problemas religiosos, lo que refleja la estrecha relación entre religión y política en esa época. La Inquisición fue, por tanto, una institución mixta en la que participaban tanto la Iglesia como el Estado.
La Inquisición fue creada con el objetivo de mantener la doctrina cristiana libre de influencias externas generadas por los propios fieles cristianos. En una época en la que la observancia de la doctrina católica era altamente valorada, la mayoría de la población aprobaba la persecución de los herejes para impedir la propagación de ideas consideradas dañinas. Este apoyo popular es crucial para comprender el fenómeno de la Inquisición.
Cronología de los tribunales inquisitoriales
A lo largo de la historia, han existido diversos tipos de tribunales inquisitoriales con funciones variadas. La Inquisición medieval, instaurada en 1184 en el sur de Francia para combatir la herejía cátara, fue la primera de su tipo. Conocida como Inquisición episcopal, inicialmente estaba bajo la jurisdicción de los obispos locales, pero pronto se centralizó bajo el control del Papa, quien nombraba a los inquisidores.
En Aragón, la Inquisición estatal fue solicitada por el rey Jaime I en 1232 para enfrentar las herejías cátaras y valdenses. Sin embargo, esta inquisición tuvo una actuación limitada y con pocos procesos.
La Inquisición española, creada en 1478 por el papa Sixto IV a petición de los Reyes Católicos, se destacó por estar bajo el control regio. Su objetivo principal era perseguir a los falsos conversos, especialmente judíos convertidos al cristianismo que continuaban practicando su antigua religión en secreto. Posteriormente, esta persecución se extendió a musulmanes y luteranos. A diferencia de sus predecesoras, los tribunales de la Inquisición española eran permanentes y estaban establecidos en las principales ciudades. Su influencia disminuyó a partir del siglo XVIII hasta su disolución definitiva en 1834.
La Inquisición también se extendió a los territorios americanos con la creación de tribunales en México y Lima en 1569 y en Cartagena de Indias en 1610, con el objetivo de evitar la propagación de la herejía protestante. La Inquisición portuguesa, establecida en 1536, actuó bajo control del papado inicialmente, pero luego pasó al control de la corona portuguesa. La Inquisición romana, fundada en 1542 por el papa Pablo III, ha perdurado hasta nuestros días bajo diversos nombres, siendo actualmente conocida como la Congregación para la Doctrina de la Fe.
A continuación, nos centraremos en el Tribunal de la Santa Inquisición española, que es el más conocido y ha tenido un impacto significativo en la historia.
¿Cuál era la estructura de la Santa Inquisición española?
El Tribunal de la Santa Inquisición española estaba compuesto por varios órganos:
- Inquisidor General y Consejo de la Suprema Inquisición: Nombrado por el Papa a propuesta del Rey, el Inquisidor General era la máxima autoridad. Presidía el Consejo de la Suprema Inquisición, un órgano consultivo compuesto por miembros designados por el rey, incluyendo inquisidores apostólicos, un abogado, un fiscal, secretarios, relatores y calificadores. Este consejo se reunía regularmente para discutir y decidir sobre los casos.
- Inquisidores de distrito: Dirigían los tribunales de distrito y solo podían actuar en sus territorios asignados. Eran responsables de la justicia y administración en sus áreas, recogiendo denuncias y testimonios, gestionando la hacienda del tribunal y comunicándose con el Inquisidor General y la Suprema.
- Ordinario: Encargado de investigar las causas de herejía y enviar las pruebas al inquisidor. También participaba en las consultas de fe y firmaba las sentencias.
- Consultores: Expertos en teología, derecho canónico o civil, asesoraban al Santo Oficio.
- Promotor Fiscal: Actuaba como acusador y asesor de los inquisidores. Presentaba pruebas, recogía declaraciones y asistía a la ejecución de sentencias.
- Notarios o secretarios: Documentaban los actos procesales, redactando y leyendo las sentencias.
- Familiares: Informadores de la Inquisición en ciudades y pueblos, formando una red de información sobre posibles delitos de herejía.
Estos órganos funcionaban de manera coordinada para asegurar que los procesos inquisitoriales se llevaran a cabo de acuerdo con las normas establecidas, buscando siempre el arrepentimiento y la reconciliación de los acusados con la fe cristiana.
¿Qué delitos perseguía la Inquisición?
La Inquisición española tenía como principal objetivo combatir la herejía dentro de la Iglesia. Entre los delitos religiosos más perseguidos estaban:
- Judaizantes: Cristianos conversos que seguían practicando ritos judíos en secreto.
- Luteranos: Seguidores de Martín Lutero y sus enseñanzas, considerados herejes por la Iglesia católica.
- Moriscos: Musulmanes convertidos al cristianismo que mantenían prácticas islámicas.
- Alumbrados: Grupo surgido en el siglo XVI que defendía una religiosidad interior, oponiéndose a las manifestaciones externas de fe.
En el ámbito social, la Inquisición también perseguía delitos como:
- Bigamia: Estar casado con más de una persona simultáneamente.
- Blasfemia: Insultos o irreverencias contra Dios o la religión.
- Sodomía: Relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.
En cuanto a las prácticas mágicas, la Inquisición perseguía:
- Sortilegio: Actos mágicos o sobrenaturales.
- Brujería: Considerada una superstición, como el de las brujas de Zugarramurdi. En dónde la Inquisición española demostró que era una institución sería y garantista que evito la quema de brujas en España que si se dio en el resto de Europa y en América (Salem).
- Hechicería: Solo perseguida si se invocaba al diablo o se mezclaba con elementos sagrados.
La Inquisición también vigilaba con rigor los delitos cometidos dentro del ámbito de la Iglesia, como la solicitación en confesión y la violación del celibato clerical.
El proceso inquisitorial
El proceso seguido por la Inquisición española incluía varias etapas que explico a continuación:
- Denuncia: Bajo el principio del secreto para proteger a los acusadores, se requería que al menos tres personas presentaran denuncias concordantes. Si el acusado identificaba a alguno de los denunciantes, el proceso se cancelaba.
- Análisis de testimonios: Teólogos expertos (calificadores) evaluaban los testimonios de los denunciantes para determinar si había indicios de herejía.
- Citación o detención del presunto hereje: Si los indicios eran claros, se ordenaba la detención del acusado, llevada a cabo por las autoridades civiles.
- Confirmación de testimonios: Los testigos eran llamados de nuevo para confirmar sus declaraciones ante dos sacerdotes ajenos a la Inquisición. Los testigos podían ser sometidos a tortura si había sospechas de falso testimonio.
- Secuestro de bienes: En casos de herejía formal, se congelaban los bienes del acusado. Si era declarado inocente, se le devolvían.
- Interrogatorio inicial: Antes de leer la acusación, se le preguntaba al reo sobre su conducta y posibles arrepentimientos. Si negaba actitudes heréticas, se le leía la acusación y se iniciaba el juicio.
- Defensa del reo: El acusado tenía derecho a un abogado de oficio y podía presentar testigos de descargo y atenuantes.
- Interrogatorio principal: Si el acusado confesaba y se arrepentía, el proceso se cerraba. Si lo negaba, su abogado y testigos de descargo intervenían en su defensa.
- Tortura: Aunque regulada y menos frecuente que en otros sistemas judiciales, se utilizaba en un pequeño porcentaje de casos para obtener confesiones. Solo se aplicaba con autorización de altos cargos eclesiásticos, bajo condiciones estrictas para minimizar daños. Que esto existiera con carácter excepcional, no quiere decir que todo los falsos museos de la inquisición que hay por España muestran sea cierto. Más bien me parece una transferencia de culpa del mundo franco y protestante hacia nosotros, pues mostramos sus máquinas como nuestras.
- Sentencia: Basada en la información recopilada, la sentencia podía ser absolutoria o condenatoria. Las absolutorias podían ser definitivas o temporales, dejando el caso abierto. Las sentencias se leían en público (auto de fe) o en privado (auto particular).
- Impugnación: Las sentencias podían ser apeladas o suplicadas, dependiendo de si el proceso había terminado y de la ubicación del tribunal.
La resolución
Las penas impuestas por la Inquisición variaban según la gravedad del delito y el arrepentimiento del reo:
- Multas, cárcel, azotes, peregrinaciones forzadas y desfiles de humillación pública: Penas comunes para los arrepentidos.
- Pena de muerte: Aplicada en casos graves y sin arrepentimiento, con quema en la hoguera como último recurso.
La confiscación de bienes no beneficiaba a los acusadores sino a la financiación de la Inquisición, que siempre enfrentaba escasez de recursos.
La ejecución de la sentencia
Dependiendo de la condena, los acusados reconciliados eran presentados en el auto de fe con hábito penitencial y una vela de cera, abjurando públicamente de sus errores antes de cumplir su pena. Los condenados por delitos de gravedad extrema, eran entregados a las autoridades civiles, eran ejecutados mediante garrote vil normalmente, dependiendo de su arrepentimiento.
El edicto de fe
El edicto de fe era una herramienta clave de la Inquisición para identificar y perseguir a los herejes. Consistía en visitas a ciudades o pueblos donde se sospechaba que había actividades heréticas. Los inquisidores se reunían con las autoridades locales y, tras la misa dominical, leían una lista detallada de delitos de herejía, explicando cómo identificar a los culpables. Esto animaba a los feligreses a denunciar a cualquier persona que pudiera haber caído en herejía, bajo la amenaza de excomunión para aquellos que no denunciaran.
El auto de fe
El auto de fe era una ceremonia pública que marcaba el final de un proceso inquisitorial colectivo. Este evento mostraba el poder de la Inquisición ante la sociedad y servía como advertencia para cumplir con la doctrina católica. Asistían autoridades religiosas y civiles, y en ocasiones, el rey y la nobleza.
La procesión del auto de fe partía de la capilla de la Inquisición, encabezada por una cruz verde. Los reos reconciliados portaban cirios encendidos y desfilaban junto a los frailes dominicos y los relajados, quienes llevaban sambenitos con escenas del infierno. La procesión llegaba a la Plaza Mayor, donde se había erigido un escenario para la ceremonia.
El auto de fe comenzaba con un sermón que animaba a denunciar delitos religiosos. Luego se leían las condenas y se emitían los veredictos. Los reconciliados abjuraban públicamente de sus errores y eran llevados a cumplir sus penas. Los relajados eran entregados a las autoridades civiles para su ejecución.
Financiación de la Inquisición
El Tribunal de la Inquisición española o Santo Oficio se autofinanciaba mediante la confiscación de bienes de los condenados, multas, dispensas y conmutaciones de penas a cambio de pagos en efectivo. También realizaba inversiones inmobiliarias y obtenía ingresos de canonjías de oficio. A pesar de estos ingresos, la Inquisición a menudo enfrentaba escasez de recursos, especialmente para costear los autos de fe, que eran eventos costosos.
Leyenda negra e Inquisición española
La Inquisición ha sido objeto de una intensa leyenda negra, alimentada por sus numerosos enemigos y exagerada en obras de ficción y propaganda. A pesar de que las investigaciones modernas estiman que solo un 3% de los procesos terminaron en la muerte del acusado, la Inquisición es vista como una institución extremadamente brutal. Sin embargo, es importante analizar su actuación en el contexto histórico en el que existió, y no con los estándares actuales de derechos humanos y libertades.
Los protestantes y liberales del siglo XVIII y XIX fueron algunos de los mayores críticos de la Inquisición, destacando sus excesos y abusos. No obstante, la persecución religiosa y la tortura eran prácticas comunes en toda Europa durante esa época, y la Inquisición no fue la única institución en utilizarlas. Comparada con otras cazas de brujas y persecuciones en Europa, la Inquisición española fue menos letal.
Hay que entender a la inquisición dentro de su época y ver como la española destaco por ser la más rigurosa y garantista de todas. Éste hecho se puede entender como una consecuencia más la hispanidad frente a la intolerancia de la mentalidad protestante. Su objetivo principal era mantener la pureza de la fe y la cohesión social en una época de grandes tensiones religiosas.