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Tras la última frontera

Álvaro de Saavedra Cerón al rescate

La expedición de Loaísa llega a su fin.

Índice

  1. ¿Quién fue Álvaro de Saavedra?
  2. La Florida de Saavedra, el socorro tan… esperado
  3. Cortés elige a Alvaro Saavedra y Ceron
  4. Muere el piloto de la Florida
  5. Álvaro de Saavedra Cerón no se deja engañar
  6. El descubrimiento de Hawai por Álvaro de Saavedra Cerón
  7. Un duelo de galeras en el Pacífico
  8. Baldaya reta a Alonso de los Ríos
  9. La derrota y la capitulación
  10. La traición de Hernando de Bustamante
  11. El regreso de la Florida

¿Quién fue Álvaro de Saavedra?

Álvaro de Saavedra Cerón (también conocido como Álvaro de Saavedra) fue uno de los primeros exploradores españoles en el Océano Pacífico. No se sabe con certeza la fecha ni el lugar exactos de su nacimiento, pero se sabe que nació a finales del siglo XV o principios del XVI en España. Hernán Cortés era su pariente, a quien acompañó a México (Nueva España) y hallaría la muerte bajo cautiverio portugués en la ciudad de Malaca en 1529.

Retrato de Alvaro Saavedra Cerón

La Florida de Saavedra, el socorro tan… esperado

Con el devenir de los acontecimientos y el recrudecimiento de la guerra, la noticia de la llegada de la misteriosa nao corrió como la pólvora. Los nervios y la necesidad hizo correr la imaginación en ambos bandos, haciéndoles temer que esta fuera del otro bando… Pues los portugueses sabían que había salido más expediciones de auxilio.

Expedición del veneciano Caboto

Estaba claro que a pesar de las múltiples preocupaciones que Carlos V y su corte podían tener, no se habían olvidado de la Expedición de Loaísa y Elcano. Es más se preparó una expedición del más alto nivel, para la que se contrato al afamado cartógrafo y navegante de Venecia Sebastián Caboto.

Retrato del veneciano Sebastián Caboto
Retrato del veneciano Sebastián Caboto

La expedición de rescate dirigida por Caboto estaba compuesta por tres Naos y una carabela. Estas naves proyectaron a unos 210 aguerridos hombres que salieron tan sólo unos diez meses tras la salida de Loaisa. Nuestros compatriotas zarparían de Sevilla un 3 de abril de 1526 rumbo a la especiería.

Eso si, la empresa no era sencilla y los problemas no tardarían en surgir. Las rencillas personales, la perdida de la nave capitana y la falta de talla del afamado Caboto hizo que la expedición fracasase estrepitosamente. Este no pasaría del río de la plata, pero sus desdichas no quedarían ahí.

La desdichada expedición de Caboto acabaría en 1530 cuando el veneciano regreso con tan sólo 20 supervivientes y una nao. Fue tal el enfado y frustración que Sebastián Caboto rendiría cuentas con la justicia por los pésimos resultados obtenidos.

Plano de las islas Molucas tal y como lo tenía Álvaro de Saavedra Cerón.
Plano de Mapa de las Islas Molucas

Visto el panorama que se vivía en las Molucas, habría sido fácil imaginar el resultado de que alguna de estas naves hubiese conseguido su misión… Aunque esa ya sea otra historia.

Hernán Cortés un genio en expansión

Todo el mundo era consciente de la dificultad que entrañaba el paso del estrecho de Magallanes, por lo que se buscaría una nueva alternativa con mayores visos de realidad. Esta solución vendría de la mano de Hernán Cortés y su gran capacidad de gestión e ingenio.

Hernán Cortes y Álvaro de Saavedra Cerón camino a Tenochtitlan
Hernán Cortes y Saavedra camino a Tenochtitlan. Cuadro de Ferrer Dalmau

Cortés tuvo claro que la Nueva España brindaba una oportunidad estratégica a la hora de viajar hacía el Oeste y alcanzar las tan preciadas Molucas. En unos pocos años tras la pacificación del territorio bajo su mando consiguió habilitar un puerto, Cihuantanejo, y cuatro naves listas para seguir explorando el Pacífico.

Tal era la preocupación del Emperador por sus expediciones a las Islas Molucas que dió una orden clara a Cortés… Prepara una expedición de auxilio para llegar a las islas de las Especias que trate de hallar una ruta de vuelta y encontrar a la perdida nao Trinidad de la expedición de Elcano.

Ruta seguida por la expedición de Saavedra en su camino a las Islas Molucas
Ruta seguida por la expedición de Saavedra en su camino a las Islas Molucas. Autor: Lommes, rowanwindwhistler

Cortés elige a Alvaro Saavedra y Ceron

Las tres naves, que mandaría de Alvaro Saavedra y Cerón, soltarían amarras del puerto de Cihuantanejo el 31 de octubre de 1527. Su flota estaba compuesta por:

  • Florida, La capitana, con 38 hombres de guerra y 12 de mar.
  • Santiago, que estuvo bajo el mando del Cordobés Luis de Cárdenas y 45 hombres.
  • Espíritu Santo, Un bergantín mandado por el jerezano Pedro de Fuentes, con 15 hombres.

Entre las tres naves contaban con unas 30 piezas de buena artillería. Algunas de ellas eran muy pesadas y de bronce, de altísima calidad. Sin duda, Cortes se había esforzado en que fueran bien preparados para dar el auxilio tan necesario.

La navegación no fue tan complicada como se podría esperar, pero la realidad es que hubo algún contratiempo de seriedad. En medio de la navegación, la Florida tuvo una vía de agua que se pudo controlar por la dotación. El precio que pagaron fue que lo que se había inundado era el pañol de alimentos perdiendo una cantidad importante de bizcocho y otros alimentos tan necesarios.

Muere el piloto de la Florida

En tan sólo sesenta días de travesía alcanzaron las costas de las Islas Marianas. El problema fue que unos días antes, las naves se habían se habían separado de la Florida para no volverse a encontrar.

Además y si esto era poco, a unas escasas 200 millas de las Molucas murió el piloto, lo cual dejó a los expedicionarios sin nadie que les supiera situar en el mapa. Y lo que es peor, sin nadie que supiese el camino de vuelta…

En su camino a las Islas del Maluco fueron haciendo escalas para proveerse de lo necesario y conseguir información. En una de estas, rescatarían a tres hombres de la Santa María del Parral. De estos, dos habían sido protagonistas del motín y la perdida de la nave. Éstos fueron juzgados y ejecutados como era preceptivo, tras lo que prosiguieron. No sería hasta finales de marzo que alcanzarían las Molucas con 45 supervivientes.

Al ver la nao, españoles y portugueses hicieron lo imposible por ser los primeros en alcanzarla. Los portugueses con su galera lo consiguieron, mintiendo a los de la nao. Les decían que Loaísa había muerto, lo cual no era falso, y que los supervivientes se habían vuelto a España, lo que era totalmente falso. Tras esto ordenaron a la Florida que se dirigiera al establecimiento de los portugueses en la isla de Témate.

Imagen de la Nao Florida a su paso por la isla de los ladrones bajo el mando de Álvaro de Saavedra Cerón

Álvaro de Saavedra Cerón no se deja engañar

Saavedra ya sabía que los portugueses estaban ocupando las tierras de su Emperador y no se dejaría engañar tan fácilmente. Fue entonces, cuando los portugueses hicieron uso de la fuerza. Quizás por usar tretas, el señor les castigo e hizo que su cañón de crujía fallase hasta en tres ocasiones… Esto dió tiempo suficiente a los españoles para que pudieran zafarse de su adversario.

Los españoles fueron capaces de reaccionar gracias a al viento reinante que les permitió separarse delos portugueses rápidamente. Tras este incidente fondearían en Gilolo. A las fuerzas portuguesas se les uniría un batel. Aunque ambas naves iniciaron un cañoneo a distancia eficaz, por suerte estos no consiguieron inutilizar a la Florida.

Creo que no nos podemos hacer una idea de la alegría que tuvieron que sentir aquellos españoles al recibir refuerzos. No hay que olvidar que Saavedra vino con su capitana con todo tipo de pertrechos; desde balas de mosquete a una botica más que necesaria.

La florida también traía coseletes, escopetas y otras armas como piezas de artillería y arcabuces. Aunque también tenían muchas necesidades, pólvora y todo tipo de víveres.

La Florida se reparo todo lo que se pudo dado las circunstancias y se cargo con todo el clavo que se pudo, alrededor de unos 70 quintales. En lo que respecta a tripulación esta se reforzó hasta alcanzar a los 30 miembros, incluyéndose al piloto Matías del Poyo. Una vez todo listo intento volver a hacia Cihuantanejo, Nueva España.

El descubrimiento de Hawai por Álvaro de Saavedra Cerón

El problema que no pudieron vencer fue el de los vientos que les hicieron tener que regresar. Estas circunstancias harían desfallecer a cualquiera, pero Saavedra estaba hecho de una madera especial y en mayo de 1529 se volvió a lanzar a la mar en busca de la Nueva España.

En su segundo intento llego a cubrir más de la mitad del trayecto, alcanzando el archipiélago de Hawai. Una vez llegaron a estas islas, la cosa no iba bien y los vientos no favorecían. Al final se vieron obligados a volver a las Molucas, donde la guerra había acabado y fueron capturados.

Como ya sabemos la gloria de conseguir el tornaviaje estaba reservada al por aquel entonces joven Urdaneta. no hay que denostar todos los esfuerzos que se hicieron y menos aquel de Saavedra que quería rescatarlo.

Un duelo de galeras en el Pacífico

Retrocedamos a la llegada de la Florida. Los portugueses estaban realmente asustados, pues creían que esta nao era la avanzadilla de unos refuerzos que serían decisivos en su derrota.

Galera Española en las Molucas
Galera Española en las Molucas

Por todo esto, Mendo de Baldaya, sabía que tenía que urdir algo contra reloj. Embarco en su galera real, el buque insignia de los portugueses y se lanzo al combate contra las fuerzas españolas antes de que fuera demasiado tarde.

Tal era su desesperación, que olvido todo honor y respeto propio de pueblos vecinos y cristianos:

“Si tomases los castellanos y la galera, no dejes ninguno de ellos vivo,
porque vienen a tomar y a levantar las tierras del Rey Nuestro Señor de Portugal, y envolvedlos en una vela de la galera y echarlos en medio de la canal de la mar, porque no quede ninguno de ellos vivo ni haya quien vaya a decir a Castilla lo que pasa por esta tierra. Lo cual haced so pena de muerte y perdimiento de vuestros bienes”

Mendo de Baldaya

La galera de los portugueses iba muy bien pertrechada, su dotación era de 40 soldados más los remeros nativos. El armamento de la misma era muy potente, pues contaba con un cañón pedrero, una culebrina, tres faleones grandes, un sabage y más de una decena de versos.

Nuestra galera tenía una dotación de unos 30 soldados, más los numerosos remeros de los reinos aliados. También contaba con artillería de importancia, pero no tan numerosa como la portuguesa

Baldaya reta a Alonso de los Ríos

Baldaya se presento frente al litoral donde se encontraban los españoles, retando al combate al Comandante español. Alonso de los ríos acepto el desafío tal y como su honra le obligaba… Era el 4 de mayo de 1528 y la batalla daba comienzo.

Como Alonso de los ríos se sabía en inferioridad artillera, decidió buscar directamente el abordaje. Es fue intentado en tres ocasiones si éxito, pero a la cuarta espadas y cuchillos se tiñeron de sangre portuguesa.

De los portugueses murieron unos ocho, entre ellos el Capitán Baldaya. Además de estos, otros cinco se ahogaron en el mar al tratar de escapar y solo quedaron sanos unos diez. Del bando español fueron de cuatro muertos y ocho heridos

Esta batalla naval fue la primera actuación importante de la galera española. Además, la galera portuguesa había sido capturada con toda su artillería y pertrechos. Esto parecería algo definitivo, pero la falta de personal en el bando español obligo a dejarla fondeada en nuestra base.

Una consecuencia directa de esta victoria fue la petición de auxilio por parte del rey de Bacham. Este quería recuperar el control sobre todos los poblados que le habían arrebatado los de Témate y los de Portugal. Esto no tendría mayores complicaciones y para mediados de mayo se habría conseguido.

La derrota y la capitulación

A pesar de las victorias la situación no iba bien, por un lado las fuerzas propias iban menguando de mano de la enfermedad y los combates. Mientras que del lado luso acababan de recibir refuerzos, al menos unos ciento noventa portugueses a los que se sumarían otros ciento cincuenta provenientes de Malaca. Estos últimos venían bajo el mando de Gonzalo García de Acevedo junto con seis navíos y poderosa artillería. En total al menos 400 portugueses.

Del bando español ya solo quedaba unos cincuenta hombres que por no tener, no tenían ni ropa. La comida empezaba a escasear y los heridos a acumularse. Era un hecho que la moral estaba empezando a bajar.

Refuerzos portugueses que se encontró en su regreso don Álvaro de Saavedra Cerón.
Refuerzos portugueses

Aún así los españoles intentaron explotar los éxitos conseguidos, por lo que enviaron dos columnas de ataque en auxilio de los reinos aliados. Una de estas estaba bajo el mando de Alonso de los Ríos y la otra del Joven Urdaneta. Esta maniobra no dejaba de ser muy arriesgada, pues en la base solo quedarían unos 37 hombres de los cuales no más de 15 eran realmente útiles para el combate. Además, las mejores fuerzas nativas estaban con Alonso y Urdaneta.

La traición de Hernando de Bustamante

Hernando de Bustamante sucumbiría a sus más bajos instintos y traicionaría a sus compañeros. Bustamante contacto con los portugueses y les hizo saber el calamitoso estado en el que se encontraban nuestras fuerzas.

Nada más llegar la información al bando enemigo, una expedición lusa se abalanzo sobre las posiciones españolas. El poblado nativo fue pasado a cuchillo y esta refriega un español fue asesinado y dos heridos capturados. el resto tubo la fortuna de poder acogerse a la fortaleza a la espera de acontecimientos.

Los portugueses les ofrecieron la capitulación, posición que apoyo el traidor Bustamante. Esto fue lo que faltaba para acaba con moral de esos hombres. Al final 23 se entregaron y 12 se pasaron a servir al rey de Portugal.

Urdaneta y de los Ríos alentabas a de Torre a seguir la lucha en Gilolo, pero este les dijo que todo estaba ya perdido. Que de hecho habían conseguido la palabra de los portugueses de que respetarían sus vidas y que los repatriarían.

El regreso de la Florida

El 9 de diciembre de 1529 regreso la florida, con tan sólo 22 hombres enfermos y agotados que no pudieron más que entregarse. En total fueron tres años de luchas sin cuartel que no cesaron con la derrota española. Lo pueblos aliados de nuestra corona se levantaron y siguieron luchando contra los portugueses, pero eso ya es otra historia.

No sería hasta 1536 que los últimos supervivientes de la expedición de Loaysa llegarían a Lisboa. Esa expedición que inicio el inmortal Elcano y que acabaría por finalizar su joven aprendiz Urdaneta. Saavedra por desgracia no conseguiría sobrevivir a tan duras circunstancias.

Referencias interesantes