Amundsen tenía claro su objetivo, conocía la ferocidad de los climas polares y que no se podía permitir ningún descuido. La vida de sus hombres, las suya y el honor de su patria estaba en juego.
“Tengo el Polo Sur al alcance de la vista, y puedo escuchar como rechina el eje terrestre.”
Olav Bjaaland 13 de diciembre de 1911
- Primera estación, 1910-1911: Framheim
- Equipos y establecimiento de almacenes.
- Segunda estación, 1910-1911: Polo Sur.
- Plan Amundsen.
- Si quieres saber más
Primera estación, 1910-1911: Framheim
El plan de Amundsen comenzaba con la búsqueda de un buen lugar para anclar el Fram y desde allí establecer el campamento base en la Barrera de hielo de Ross. Para ello, Amundsen se había decidido por la zona de la bahía de las Ballenas, lugar descubierto por Shackleton. El Fram, se ancló al hielo en la esquina sureste de la bahía, y se seleccionó un lugar para la base principal de la expedición, a unos 3,5 km del barco.
Se utilizarían seis equipos de perros para mover los suministros hasta aquel lugar e inmediatamente se daría comienzo a la construcción del campamento. La responsabilidad de liderar la construcción debido a sus grandes conocimientos, recaería sobre Bjaaland y Stubberud. A esta base permanente se le daría el nombre de Framheim (casa del Fram).
Equipos y establecimiento de almacenes.
Una vez finalizados los trabajos de construcción del campamento base, se organizarían los viajes de establecimiento de almacenes a través de la barrera. La finalidad, era tener todo dispuesto para el asalto al polo en el siguiente verano. Para ello, había dividido la expedición en dos equipos, marítimo y terrestre. El equipo marítimo, bajo las órdenes de Nielsen, navegaría con el Fram hasta Buenos Aires para reaprovisionar, y posteriormente emprender un programa de trabajo oceanográfico.
El equipo terrestre, formado por los nueve miembros restantes quedaría de la siguiente manera: Amundsen, Prestrud, Johansen, Hanssen, Hassel, Bjaaland, Stubberud, Wisting y Lindstrom
Durante la travesía hasta la Antártida, Amundsen había dispuesto que todos los miembros de la expedición debían repasar todas las publicaciones de anteriores exploradores, puesto que cuando comenzaran el viaje, su único conocimiento de la barrera provendría dichos libros.
Los almacenes de suministros estarían dispuestos a intervalos regulares en la ruta proyectada. Un total de tres depósitos en las latitudes 80º, 81º y 82º latitud sur, en cada uno de ellos una tonelada de provisiones, encontrándose entre ellas más de una tonelada de carne fresca. Al no presentar el terreno marcas que les sirvieran de orientación, dejaron cada depósito, mediante banderas colocadas sobre postes. Estando estos, separados unos nueve kilómetros formando una línea de este a oeste, facilitando de esta manera su localización.
El plan para el invierno, estaría concentrado en realizar todas las mejoras necesarias a los equipos y la preparación minuciosa de las raciones para el viaje. Se habilitarían almacenes, excavados en la nieve para poder realizar cada uno de dichos cometidos. Durante esta etapa, se llevarían a cabo todo el grueso de los trabajos científicos previstos.
Segunda estación, 1910-1911: Polo Sur.
Al llegar la primavera, según el plan original, se iniciaría el movimiento al Polo Sur con un equipo compuesto de ocho hombres con siete trineos y noventa perros, con provisiones para tres meses. La distancia diaria a recorrer sería entre 20 y 30 km dependiendo de las condiciones. A partir de la latitud 80º, se deberían construir regularmente montículos de nieve, de la altura de un hombre, para señalizar el camino de vuelta. Sería un viaje de ida y vuelta recorriendo los casi 3000 km. En dicho plan, se contemplaba realizar el sacrificio de 24 perros para así poder suministrar carne fresca al resto de los canidos supervivientes y de esta manera poder completar todo el trayecto.
Plan Amundsen.
Plan travesía Polo Sur, itinerario, cálculos.
El 10 de febrero de 1911 comenzaron los primeros viajes hacia el Sur, estableciendo depósitos de víveres hasta el 11 de abril. Se construyeron tres, y se almacenó en cada uno de ellos una tonelada de provisiones. La expedición noruega, al percatarse de que no había ningún accidente topográfico identificable en la superficie de la barrera, el cual pudiera ser utilizado para la navegación, decidieron señalizar dichos depósitos, con banderas colocadas sobre postes, separados unos nueve kilómetros formando una línea de este a oeste.
Los trabajos de abastecimiento avanzaron a buen ritmo, así, el 15 de febrero llevaban recorridos unos doscientos kilómetros. Cada trineo pesaba unos trescientos kilos, y era arrastrado por seis perros. El tiempo les fue favorable, sin apenas viento, aunque la temperatura más baja registrada por el equipo el 4 de marzo fue de -45° C. El 5 de febrero regresaron a Framheim, dando por finalizado el primer viaje en la barrera, con unas impresiones muy positivas.
En el campamento base, trabajaron a destajo poder estar en las mejores condiciones a la hora de afrontar el invierno antártico. Antes de que éste llegara, los noruegos ya contaban con sesenta toneladas de carne de foca; estimaron que era suficiente para ellos mismos y para sus 110 perros. Levantaron ocho perreras y varias tiendas conectadas unas con otras, además de cabañas de hielo, las cuales estaban conectadas directamente con la cabaña de madera a través de trincheras subterráneas en la nieve.
Mejorar su material para sobrevivir
Durante el invierno, la expedición noruega centro sus esfuerzos en llevar a cabo las mejoras en cuanto al material que disponían. El primer viaje a la barrera había supuesto la experiencia perfecta para poder identificar errores y poder así extraer las lecciones aprendidas.
En los siguientes cinco meses, se registraron temperaturas muy gélidas, oscilando entre -50º C y -59º C, siendo esta última de -59º C con tiempo en calma (13 de agosto) la más baja registrada. El 1 de agosto se registró -58º C con vientos de 21 km/h.
Ejecución.
A finales de agosto el tiempo pareció mejorar, así pues, Amundsen decidió comenzar su plan de asalto al Polo Sur el 8 de septiembre, con un equipo de ocho hombres, siete trineos y noventa perros, con provisiones para tres meses. La superficie del hielo se encontraba en perfectas condiciones y la temperatura mucho mejor de lo esperado.
El falso comienzo.
Pero a los pocos días, los noruegos se dieron cuenta que habían empezado demasiado pronto. Rápidamente las temperaturas comenzaron a descender llegando a oscilar entre -50 y -59° C. Según cuenta Amundsen en su diario, sus hombres no sufrieron mucho puesto que las ropas de piel que llevaban eran excelentes, el problema, eran los perros que se resentían del esfuerzo realizado en dichas condiciones.
Cuando alcanzaron el depósito 80º latitud sur, decidieron regresar lo más rápido posible al campamento base y esperar a la primavera. Durante el camino de regreso Johansen recriminó a Amundsen su actitud. Este último, meditó y decidió abandonar el plan original, cambiando la organización operativa para el viaje final.
Finalmente, cinco hombres serían los responsables de llevar a cabo la hazaña, los otros tres realizarían un viaje hacia el este para visitar la tierra del Rey Eduardo VII.
El Segundo intento.
Con la llegada de la primavera, el 20 de octubre el equipo partió en dirección sur. Estaba formado por cinco hombres con cuatro trineos y cincuenta y dos perros, con provisiones para cuatro meses. Amundsen decidió que se debía ejecutar la primera parte del viaje de una manera tranquila, evitando así que los hombres y los perros terminaran fatigados.
Después de 22 días de viaje, el equipo hizo un pequeño alto en el depósito 80º latitud sur. En esos momentos la temperatura permanecía estable entre -20,5° C y -30° C.
El plan que contemplaban los noruegos, era realizar etapas de entre veinte y treinta kilómetros diarios como máximo, pero al poco tiempo, comprobaron que esas distancias eran muy pequeñas, puesto que el rendimiento tanto de hombres como animales era excelente.
Rápido avance por la Barrera.
El día 31 de viaje, alcanzaron el depósito situado a 81º, el 5 de noviembre llegaron al depósito 82º latitud sur, donde allí, los perros comieron toda la carne fresca posible por última vez. A partir del 8 de noviembre, la expedición recorrió unos 50 km diarios.
Amundsen relata en su diario, que la etapa entre la latitud 82º a 83º como “un puro viaje de placer”, puesto que las condiciones eran muy favorables. El día 9 de noviembre, se alcanzó la latitud 83º donde se organizó el cuarto almacén.
El avance era rápido, llegando el día 17 de noviembre a la latitud 85º, donde la barrera se encontraba con tierra firme, donde se estableció el almacén principal de la ruta.
Segunda parte del viaje, el desconocido glaciar Axel Heiberg.
Finalizada la primera parte del viaje, se llevaron a cabo los preparativos para comenzar la segunda, cargando los trineos con provisiones para sesenta días y dejar en el depósito suficientes para otros treinta.
Toda la tierra que veían, era totalmente desconocida y parecía totalmente inaccesible, encontrándose alturas que rondaban entre 600 y 4500 metros.
Para poder hacer frente a las primeras ascensiones, tuvieron que colocar veinte perros en cada trineo y llevarlo todo en dos viajes. La ascensión del glaciar Axel Heiberg, no fue sencilla, llegando a encontrarse puntos donde había tanta inclinación que resultaba hasta difícil hacer uso de los esquís.
El primer campamento en el glaciar lo dispusieron a una altura de 1500 metros. El trabajo de los perros era excelente, habían recorrido casi 700 kilómetros y llegaron a recorrer 35 km en una jornada alcanzando la altitud de 1760 metros. En cuatro días el equipo fue capaz de llegar desde la Barrera hasta la inmensa llanura interior.
“La carnicería”.
Según el plan establecido, y acampados a una altitud de 2300 metros, la expedición sacrificó 24 perros, quedándose con solo 18, seis por trineo. Este lugar fue llamado por los integrantes de la expedición, como “la carnicería”.
Durante cuatro jornadas, se vieron forzados a permanecer allí debido al mal tiempo, decidiendo el día 25 de noviembre iniciar la marcha. Al día siguiente les sorprendió una terrible ventisca, aunque decidieron continuar. El gran problema que se encontraron, aparte de tener las caras heladas, era que no podían ver absolutamente nada, aun así, alcanzaron los 86º latitud sur.
La travesía del Diablo.
La dirección de marcha, les obligaba atravesar otro gran glaciar, del cual no tenían visión total de este debido a la espesa niebla. A los pies del glaciar del Diablo (así le nombraron) instalaron un almacén en la latitud 86° 21’, con provisiones para seis días y a una altitud de 2400 metros. El 30 de noviembre comenzaron la ascensión, llegando a su cima tres días más tarde rodeados de una intensa niebla. Allí arriba, se encontraron con lo que parecía un lago helado, siendo este en realidad una llanura inclinada de hielo, rompiéndose el hielo a su paso. Este fue el lugar más peligroso de la travesía, llegando a caer varios hombres y perros en grietas.
Alcanzada la latitud de Shackleton.
El 2 de diciembre, los noruegos, alcanzaron el punto de mayor altitud, 3375 metros a una latitud de 87º 51´. El 8 de diciembre, desapareció el mal tiempo alcanzando la latitud de 88º 25´ (rebasando la latitud alcanzada por Shackleton) e instalando el ultimo deposito (el número 10). El día 9 de diciembre alcanzaron los 88º 29´, y el 13 de diciembre los 89º 45´.
Polheim.
Finalmente el 14 de diciembre, la expedición comandada por Amundsen alcanzó el Polo Sur. Llevando a cabo durante dos jornadas, continuas mediciones para así registrar lo más exactamente posible la gesta.
El 17 de diciembre, el equipo estaba en condiciones de iniciar el regreso al campamento base. Se instaló en este punto una pequeña tienda circular y sobre ella la bandera de Noruega, así como el gallardete del Fram.
“Nos reunimos en torno a la bandera de Noruega —una hermosa bandera de seda—, la izamos entre todos y pusimos el nombre de llanura del Rey Haakon VII a la inmensa planicie donde se encontraba el polo Sur. Era una vasta llanura con la misma apariencia en todas direcciones, kilómetro tras kilómetro”.
El campamento noruego en el polo Sur fue bautizado con el nombre de Polheim. La distancia recorrida desde el cuartel de invierno hasta el Polo fue de unos 1.400 kilómetros, con lo que se alcanzó una media de veinticinco kilómetros diarios.
Ese mismo día 17 de diciembre, se inició el viaje de vuelta. La expedición llegó finalmente a Framheim en enero de 1912, con dos trineos y once perros, todos en buenas condiciones. Cubriendo el viaje de regreso, con la sorprendente media de treinta y seis kilómetros diarios.